Caos en el final del Miércoles Santo
Arte Sacro. Los pronósticos desfavorables, las hermandades que acertaron en no salir, los que se equivocaron al hacerlo, las que salieron para volver... Podemos decir que ha sido uno de los Miércoles Santo más caóticos que se recogerán en la historia de la Semana Santa sevillana.
La Sed, San Bernardo y Buen Fin utilizaron la lógica aplastante de los partes meteorológicos y decidieron no salir. Igualmente, entre las dos primeras y el Buen Fin, la Hermandad del Carmen Doloroso dice que sale pero de forma condicionada a la meteorología.
Y es que los pronósticos de todos los partes consultados, daban una probabilidad del 80 % de chubascos aislados.
A las 16.25 horas (una hora y cuarenta minutos después) puso la Cruz de Guia en la calle la Hermandad del Omnium Sanctorum, lo que quizás envalentonó al resto de Hermandades del día.
La Lanzada, El Baratillo, el Cristo de Burgos, las Siete Palabras y los Panaderos decidían salir y colapsaron de público sus itinerarios. Cuando aún pasaba la Lanzada por Campana, ya esperaban los 1550 nazarenos del Baratillo.
La Hermandad del Cristo de Burgos con el alcalde de la ciudad castellana Javier Lacalle, acompañando al Titular transitaba camino de la Carrera Oficial. Tras la Hermandad, los Blancos nazarenos con escapulario carmesí de Las Siete Palabras entraba en Campana y, justo cuando la Virgen de la Cabeza discurría por el comienzo de la Carrera Oficial comenzaba una débil lluvia que, despues, tornaría en aguaceros discontinuos pera cada vez más intensos.
La Hermandad de Los Panaderos, que ya estaba en El Duque, tras pedir la venia decide volver a su Capilla por Martín Villa, para lo cual se abrió el pasillo hacia ese lugar de Campana, pero los pasos no fueron a paso de mudá, se recrearon como si nada hubiera ocurrido y todo esto mientras La Lanzada ya se encontraba en Cuna para seguir hacia Orfila... donde residen Los Panaderos.
Esto dio lugar a una situación difícil de definir y de entender, sobre todo al escuchar las marchas que seguían repitiéndose tras los pasos de Los Panaderos, a sabiendas que La Lanzada estaba encajonada en Cuna. Tal caos, incluso llego a producir abucheos al cortejo de Los Panaderos.
El final del día fue un regreso acelerado de las hermandades que estaban en la calle, improvisando recorridos alternativos para regresar a sus templos de la forma más corta y dejando en evidencia que, quizás, por una vez los partes emitidos daban la raón de forma contundente a los que decidieron no salir.
Superado el tapón del cruce de Cuna a Orfila, La Lanzada buscó el regreso a San Martín por la calle Santa María de Gracia, mientras que la hermandad del Cristo de Burgos prescindió de su tránsito por la calle Alcaicería para continuar por la Cuesta del Rosario para buscar la Alfalfa.
Las Siete Palabras, por su parte, también aligeró su regreso a San Vicente. Aunque la lluvia caída no fue nada abundante, lo cierto es que el Miércoles Santo se vio condicionado de principio a fin por la adversa climatología.
Fotos: Carlos Jordán