La Virgen del Rosario de Monte-Sión llegó hasta la Macarena en el Rosario de la Aurora

Daniel García Acevedo. La Hermandad de Monte-Sión cerró ayer viernes, 1 de noviembre, los cultos anuales a la Virgen del Rosario con el ejercicio piadoso del Rosario de la aurora que todos los años lleva a la titular mariana de la corporación del Jueves Santo hasta un templo distinto donde celebra la eucaristía.

En esta ocasión, se llegó hasta la Basílica de la Macarena, para que los hermanos pudieran ganar las Indulgencias establecidas por el año jubilar concedido a la hermandad de la Madrugá por el 50 aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza.

La máxima novedad fue el poder contemplar por primera vez a la Virgen del Rosario en las nuevas andas que son un pequeño paso de cuatro varales a cada lado, que portan un palio de cajón, bordado por un grupo de hermanos bajo la dirección artística del prioste 1º y bordador, José Ramón Paleteiro.

 

Destaca el techo de palio con el escudo Dominico sobre ráfagas, acompañado por un cielo de estrellas en orfebrería, todas estas donadas por un hermano. Los varales son los antiguos del paso del Jueves Santo, que se han adaptado al nuevo tamaño. El paso estuvo mandado por los capataces Francisco Reguera y José Antonio Guillen.

 

El cortejo se puso en camino a las 6,45 horas para llegar hasta la Basílica alrededor de las 8 horas. Allí se celebro la santa misa, presidida por Fray Ricardo de Córdoba, con las dos juntas de gobierno encabezadas por sus hermanos mayores, Manuel García y Manuel Soto.

 

A su término, las andas con la Stma. Virgen se encaminaron hasta la capilla de la calle Feria para terminar este culto de carácter externo. El acompañamiento musical estuvo a cargo, como todos los años, por el coro de campanilleros “Amigos de la Navidad ” del Cerro del Águila.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.

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Rosario de Monte-Sión, la finura en su barrio Macareno. Javi Jiménez