Las hermandades presentan un programa de ayuda a bielorrusos. Javier Ciézar. Diario de Sevilla

Al acto, celebrado en la sede del colegio en la calle Chapineros, acudieron, en representación de los letrados, el decano, José Joaquín Gallardo, y el diputado segundo, Fernando Piruat de la Barrera. Por parte de las cofradías asistieron los hermanos mayores de la Paz, José Viota; la Cena, Tomás Vega; los Panaderos, Enrique Carpio; la Amargura, Fernando Peinado; Montserrat, Francisco Yoldi; Montesión, Rafael Buzón; el Gran Poder, Enrique Esquivias; y la Mortaja, Manuel Delgado, mientras que en representación de la hermandad del Cachorro asistió Francisco Javier Bernal, diputado de formación.

El objetivo es sensibilizar a las familias de la ciudad para que acojan durante el verano al mayor número posible de niños bielorrusos afectados por culpa de la radiación en Chernobil. La iniciativa surgió en 2001 a través de la Hermandad del Cachorro, pionera en Andalucía, y el año pasado fueron 426 los pequeños que pudieron disfrutar de unos días de estancia en Sevilla gracias a la solidaridad de otras 150 familias.

Los organizadores esperan que en 2006 sean alrededor de 600 los niños que vengan a la ciudad, por lo que hicieron un llamamiento apelando a la solidaridad: "No se trata ya sólo de caridad, es algo de justicia, porque la situación es dantesca y dramática", aseguró el decano de los abogados. "Desde aquí vamos a difundir el mensaje a los más de 6.000 letrados que pertenecen a este colegio, porque la Navidad no puede quedar compendiada a tres o cuatro días al año", indicó.

El coordinador de las actividades de los niños de acogida, Francisco Yoldi, resaltó la importancia de que esta actividad no quede en el olvido con los años: "La intención es que los pequeños vuelvan todos los años que sea posible, porque con nuestro clima, comida y cariño de forma continuada se aumenta incluso su esperanza de vida", dijo el hermano mayor de Montserrat.

El representante de la hermandad de Montesión, Rafael Buzón, mostró la satisfación que supone ayudar a uno de estos niños: "Yo soy padre de acogida, y cuando uno aprende todos los problemas que tienen se da cuenta de la importancia de las cosas, y, además, llenan las casas de vida y felicidad", comentó sin ocultar su emoción.

Una de las hermandades que se adhieren este año a la causa es el Gran Poder: "La unión hace la fuerza, y las cofradías estamos todas actuando en una misma dirección y con un mismo objetivo". El hermano mayor de la Amargura hacía análisis parecido: "Esto es una forma de hacer el reino de Dios, y ojalá que la Estrella de la ilusión se pose este año en Bielorrusia y les indique el camino".