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Hermandades y Cofradías
La Política de las Hermandades y Cofradías
Según la definición desde el punto de vista jurídico, las
hermandades y cofradías son asociaciones públicas de seglares que se
reúnen con un explícito fin religioso, rigiéndose por el Derecho
Canónico y las Normas Diocesanas, siendo por decreto arzobispal la
aprobación de las mismas.
Desde la visión más social, se puede decir que son asociaciones
destinadas a organizar rituales y celebraciones populares que se han
convertido en Fiestas Mayores, caso de la Semana Santa.
Con todo ello, la política siempre se ha situado al lado de ellas y,
aunque tras el franquismo se pensó que el cambio influiría
negativamente en las cofradías, ha sido todo lo contrario,
encontrando a veces más impedimentos por parte de la propia Iglesia
que de los grupos sociales.
Actualmente una Hermandad es la plataforma más rápida de acceso a
niveles sociales superiores y de convertir a una persona en un
personaje público. La Hermandad es una plataforma en la cual tienen
cabida todas las clases y estamentos sociales con lo cual, y a
través de sus medios de difusión, las mismas se convierten
indirectamente en vehículos de transmisión de datos y nombres
propios, los cuales llegan a medios de comunicación, entidades y,
por supuesto, a sus hermanos.
Por ello no resulta tan extraño encontrar en las Corporaciones
importantes reminiscencias políticas a la hora de celebrar sus
comicios electorales, donde hay ocasiones en las cuales se acentúa
más el “acoso y derribo” del contrario, que en dar a conocer un
programa concreto en la Hermandad.
El Merchandising
Parte de los ingresos directos de las Hermandades y Cofradías es el
tema de la venta directa de recuerdos, ya sea en forma de estampas
de los titulares, medallas, así como todo tipo de productos que
valgan como recuerdo.
Este merchandising no siempre revierte en la Hermandad, debido a la
especulación que existe con los derechos de imagen y la apropiación
indebida de los signos particulares en beneficio de particulares, lo
que ha originado que se empiece a registrar los símbolos e imágenes
de las corporaciones, caso de las sevillanas hermandades del Gran
Poder o Macarena, entre otras.
De igual manera, la proliferación de videos y actualmente de DVD´s a
pesar de ser en la mayoría de los casos empresas o particulares
totalmente ajenos a las hermandades, también hacen de rampa de
lanzamiento para extender la religiosidad popular a todos los
rincones del mundo.
La Realidad Virtual Cofradiera.
Uno de los aspectos con más auge dentro de nuestras Hermandades y
Cofradías, ha sido sin duda el fenómeno internet. Desde que
Francisco Santiago pusiera en marcha La Pasión Según Sevilla, que
posteriormente se denominó La Pasión Digital, mucho ha cambiado el
mundo de la información relativa al mundo cofradiero.
Hoy, los acontecimientos que surgen día a día en las corporaciones
se difunde con tanta rapidez a través de internet, que en muchos
casos choca directamente con los intereses o intenciones de la
Hermandad que produce dicha información.
Los foros de debate virtuales han ocupado en muchos casos las
famosas Tertulias Cofrades, relegadas en este siglo XXI a un segundo
plano dentro de la actualidad y realidad cofrade.
Como ocurriera con el fenómeno de la información cofrade de la mano
del binomio Santiago-Martínez, Ricardo Calvo desde su web “El
Nazareno” supo enfocar otro tipo de atención en el mundo de las
cofradías por medio del foro, donde los asiduos visitantes pueden
realizar su particular confesión, cubiertos con ese otro hábito
virtual que llamanos “nick”, seudónimo que en multitud de ocasiones
esconde malintencionados actos en contra de personas concretas y que
ha dado paso al “Moderador” que, digámoslo así, es el Diputado de
Tramo virtual que controla las filas de nazarenos que realizan su
estación en dicho foro.
Este es un tema bastante “escabroso” en multitud de ocasiones,
puesto que es literalmente imposible, debido a la propia
programación informática, controlar a los energúmenos que surgen
desde internet y que hacen lo indecible por hacer del insulto, la
provocación o la descalificación su bandera. |
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