Cultura restaura el Retablo del Santo Cristo del Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce
José Luis Martínez. La Consejería de Cultura inició el pasado diciembre la restauración del Retablo del Santo Cristo del Monasterio de San Isidoro del Campo en la localidad sevillana de Santiponce con un presupuesto de 30.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses. La intervención sobre este valioso retablo de principios del siglo XVIII se enmarca dentro del proceso de recuperación del rico patrimonio de este cenobio que desarrolla la Junta desde su apertura al público en julio de 2002.
Los visitantes del Monasterio de San Isidoro podrán seguir el proceso de restauración, a través de una serie de paneles expositivos y de la propia explicación de los técnicos que atenderán al público los miércoles, jueves y viernes a las 12.00 horas. Se trata de la primera vez que se puede contemplar una obra en restauración en el conjunto monacal, una oferta cultural novedosa con la que se pretende difundir el patrimonio histórico.
La inestabilidad estructural del Retablo del Santo Cristo hacía necesaria la intervención sobre esta pieza que se ubica en la cabecera poligonal de la única nave de la segunda iglesia del Monasterio de San Isidoro del Campo, antigua iglesia parroquial, fundada por el hijo de Guzmán el Bueno, Juan Alonso Pérez de Guzmán y su esposa Urraca Osorio, quienes decidieron construir para su enterramiento, como panteón familiar, una iglesia yuxtapuesta a la primitiva y comunicada con ella interiormente por un gran arco.
Los trabajos, dirigidos por el restaurador Jesús Mendoza Ponce, comenzaron con el desmontaje del ático del retablo para la consolidación de los anclajes de los cuerpos inferiores. Una vez bajada las piezas, se realizará un tratamiento de limpieza superficial de las mismas y fijación y consolidación de dorados y policromías junto con una revisión y consolidación de los fragmentos desprendidos de las piezas.
Por último, se llevará a cabo una revisión estructural completa. Para ello se ha montado un taller de restauración en la propia iglesia, como lugar de encuentro también del visitante con la obra, donde se podrán apreciar con todo detalle las tareas de conservación, consolidación y restauración de los elementos del retablo, así como un ámbito de exposición con paneles explicativos que ilustran los procesos de las intervenciones.
Obra de 1730
La obra, fechada en torno a 1730, aparece compuesta en tres planos, lateralmente inclinados para adaptarse al perfil poligonal de la cabecera de la iglesia. El frente se estructura por medio de cuatro grandes estípites, que delimitan campos ornamentales típicos del repertorio del ensamblador zamorano Jerónimo Balbás y sus seguidores y nichos para imágenes.
En el espacio central hay trazado un rehundimiento en forma de cruz con El Crucificado del s. XVI, atribuido a Jerónimo Quijano. A sus lados, La Virgen y San Juan componen el habitual Calvario y parecen corresponder, como el resto de las esculturas y relieves, al tiempo de ejecución del retablo.
En las calles laterales aparecen las imágenes de San Juan Nepomuceno, San José, y dos tondos en altorrelieve con Santa Bárbara y Santa Catalina. En el ático destaca el relieve de Santa Paula y San Jerónimo en el portal de Belén y en los remates laterales se sitúan San Cornelio y San Geroncio. Dos retablitos-ménsulas del siglo XVIII, situados a ambos lados del retablo, contienen las esculturas de San Joaquín, en barro cocido de la misma época, y San Sebastián, talla del siglo XVI. Salvo el Crucificado, el resto de las esculturas parecen cercanas a Hita del Castillo.
Durante el invierno (del 1 de octubre al 31 de marzo), el horario de visitas del monasterio es el siguiente: Lunes y martes, cerrado; miércoles y jueves, de 10 a 14 horas; viernes y sábados, de 10 a 14 horas, y de 16 a 19 horas, y domingos, de 10 a 15 horas.