Provincia. El Coro de la Vera Cruz cantó la Función de la Virgen de las Nieves, de Benacazón

Arte Sacro. Por tercer año consecutivo, la comisión de fieles de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de Benacazón, encomendó al Coro de la Hermandad de la Vera Cruz de dicho pueblo, que se halla celebrando el XXV aniversario de su creación,  la música litúrgica de una de las celebraciones religiosas y devocionales más importantes de esta parroquia.

Dirigido por Francisco Perejón Ortega y acompañado al órgano por el profesor Enrique Calero González, la coral interpretó un repertorio litúrgico que resaltaba el tiempo ordinario, la devoción a la Virgen María y la peculiar advocación romana de Las Nieves, tan fuertemente arraigada en el pueblo. El ordinario de la misa se interpretó en lengua latina, integrándolo la Misa de Pío X, de Julián Vilaseca y el propio estuvo integrado por diversos motetes entre los que se encontraban una adaptación del famoso coral italiano Signore delle Cime, cuyo texto hace alusión a la Virgen como Señora de las Nieves y el Ave María de Tomás Luis de Victoria, uno de los más importantes compositores de todo el renacimiento europeo. 

Igualmente se interpretó el Himno del XLV Congreso Eucarístico Internacional de Sevilla, con texto del canónigo Federico María Pérez Estudillo y música del  compositor sevillano Manuel Castillo, uno de los más importantes creadores de la segunda mitad del S XX. Esta pieza ponía el acento diocesano en la Eucaristía, en la que no faltaron cantos populares como La Puerta del Sagrario, bellamente interpretado por la cuerda de voces blancas y el Ánima Christi, con texto que pudiera ser una oración de la época del renacimiento y bella música del compositor italiano contemporáneo Marco Frisina. 

Se concluyó el acto con el Himno a Nuestra Señora de las Nieves compuesto a mediados del S. XX por el padre Juan Torres Silva, vecino de Bollullos de la Mitación, que desempeñó parte de su ministerio sacerdotal en Jerez de la Frontera y tenía gran devoción a la Virgen de las Nieves ya que algunos de sus ascendientes procedían de Benacazón.

El acto, en cuya monición de entrada se leyó el milagro de las Nieves en el Monte Esquilino, acaecido el cinco de agosto del año 358, fue presidido por el párroco de Benacazón, José Antonio Morón Pardo y a ella asistieron la alcaldesa, corporación municipal, hermandades y asociaciones parroquiales.