La revista de los jesuitas ‘Mensajero’ considera un “liberticidio” los ataques a las creencias católicas
IVICON. Los católicos de España “estamos sufriendo, por lo general en silencio, un cúmulo de ataques a las manifestaciones más queridas de nuestra fe con un aguante y paciencia encomiables”, señala el editorial del último número de la revista de los jesuitas Mensajero del Corazón de Jesús, órgano del Apostolado de la Oración.
“Todos, hasta los más indignos y chocarreros, pueden hacer burla fácil y a menudo grosera de la religión de sus padres y de –todavía hoy- la mayoría de sus conciudadanos”, añade la publicación, al lamentar que “hemos de aguantar tranquilamente que nos endilguen los peores calificativos”.
La revista familiar cristiana, editada en Bilbao, entra así en el debate sobre la libertad de expresión a raíz de la publicación de las caricaturas de Mahoma. En este sentido, el editorial reclama que “se declare liberticida no sólo al que impone la censura de prensa o de cátedra, sino también a quien, con su actuación pública, agravia a las personas por razón de sus ideas o sentimientos, por sus circunstancias personales concretas, cuando no son las suyas o le parecen reprochables”.
Volviendo al caso de nuestro país, la revista añade: “Pase que se metan con nosotros. Tal vez somos cristianos inconsecuentes y hemos dado pie a la sorna, la irrisión y la chanza. Pero soportar callados tanto escarnio a lo que uno considera sagrado, empieza a ser imposible”. Por eso, “no pedimos mordazas ni condenas” sino “algo muy simple: que nuestra fe –y cualquier fe- se considere tan sagrada como la misma libertad de expresión”.
En su argumentación, el editorial señala que la libertad de pensamiento y expresión “no supone una autorización para ofender a voluntad las creencias, convicciones y sentimientos de los demás”. De este modo se sitúa frente a los que sacrifican en el altar de la libertad de expresión las ideas y convicciones ajenas, y contra quienes “siguen sin entender que la defensa de las libertades no pasa nunca por el insulto, la ofensa y la infamia”.
La revista apunta que “si esto sigue así dentro de poco habrá que pedir una ley contra el libelo no para proteger como ‘incuestionables’ unas ideas, convicciones u opiniones, sino para librarse de unos insensatos que arremeten contra los demás mediante la descalificación, la injuria, la burla y el desprecio”.