Manuel Román se plantea dimitir si la Resurrección sale el sábado. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.
Un asunto "lo suficientemente grave" como para que los dirigentes del Consejo de Cofradías se presentaran en la mañana de ayer en el Palacio Arzobispal sin cita previa. Así se refirió ayer el Consejo a la autorización de la autoridad eclesiástica para que la Hermandad de la Sagrada Resurrección haga su estación de penitencia en la tarde del Sábado Santo desde este mismo año y entre en la Catedral a las 2 de la madrugada, tal como avanzó ayer Diario de Sevilla. La corporación de Santa Marina ha visto cumplido un anhelo, al menos según se constata en las dos cartas que ha recibido: una del vicario general aprobando la salida en la tarde del sábado y otra del secretario del Cabildo Catedral indicando la hora exacta a la que debe estar la cruz de guía en el templo metropolitano.
El presidente, Manuel Román; el secretario, Joaquín de la Peña, y el delegado del día, José Roda, se entrevistaron de urgencia con el vicario general, Francisco Ortiz, para exponerle que el Consejo de Hermandades no ha avalado en ningún momento esta posibilidad. Román denunció ayer que el hermano mayor de la Resurrección "ha actuado de espaldas al Consejo, de forma unilateral y con una evidente falta de ética al presentarse ante el vicario general y el Cabildo Catedral como si contara con nuestro permiso, lo que no se ajusta a la realidad".
Román fue contundente como en pocas ocasiones: "Este tema es muy gordo. No quiero presionar de ningún modo, pero si la Resurrección se sale con la suya de esta manera, si esto culmina, yo me plantearía necesariamente muchas cosas, tendría que pensar si dimitir como presidente, porque el Consejo debe tener sus funciones. ¿O no?" El futuro inmediato pasa por un pronunciamiento del vicario general: "Tendrá que precisarnos el alcance de la autorización concedida a la Resurrección, que en ningún momento nos ha facilitado las cartas, por lo que se las hemos pedido al vicario. Su hermano mayor no ha dejado de actuar por su cuenta".
Román admite que el 23 de enero se le comunicó a la hermandad que el Consejo "comenzaba a evaluar" la posibilidad de que la cofradía llegara a la Catedral tras la vigilia pascual: "Pero no fuimos más allá. En ningún momento el Consejo concedió ninguna aprobación para que este hermano mayor se dirigiera por su cuenta al vicario general y al Cabildo Catedral. Los hermanos mayores del Sábado Santo –añadió– están hechos polvo. Ellos ya dijeron por unanimidad, cosa que es la primera vez que ocurre, que la Hermandad del Resucitado se abstuviera de seguir adelante con su pretensión hasta después de la próxima Semana Santa para respetar el cincuentenario del día".
Preguntado por las ocasiones en las que él mismo ha avalado públicamente que el Resucitado entre en la Catedral tras la vigilia, Román precisó su parecer: "Opino que esta hermandad debe salir el Domingo de Resurrección. Ahora bien, la opción de entrar en la Catedral a la finalización de los cultos me parece la menos mala, pero sólo la menos mala. ¡Lo que no estoy de acuerdo de ninguna manera es que salgan a las siete de la tarde! Aquí se han saltado al Consejo y se han saltado a las hermandades del Sábado Santo dirigiéndose al Cabildo catedral faltando a la verdad".
El presidente admitió que el Cabildo Catedral –tras recibir la petición de la Resurrección– no elevó una consulta al Consejo para comprobar si la hermandad contaba o no con el aval de la institución cofradiera: "El hermano mayor se dirigió por escrito a la autoridad eclesiástica asegurando que tenía nuestra autorización. Eso no es verdad. No estaba autorizado".
El de ayer fue uno de los peores días para el presidente del Consejo: "De este tema vamos a salir todos bastante tocados. ¡Es que no es ética esta forma de actuar! El hermano mayor ha seguido su propia trayectoria sin contar con el Consejo. Ha ido buscando lo que le interesa. Así no se puede funcionar".
El presidente del Consejo remitió en la tarde de ayer una carta de tres folios de forma urgente a los hermanos mayores para explicarles el proceso seguido en los últimos meses en este asunto. El envío fue anunciado previamente mediante mensaje de texto a cada uno de los destinatarios.
En esta misiva, el presidente Manuel Román alude directamente a una "quiebra en la línea de confianza" al haber trascendido el asunto e insiste en que la hermandad del Resucitado actuó "sin su conocimiento". El final de la carta es muy elocuente: "Os ruego a todos que, en el mismo espíritu de confianza y fidelidad con el que hasta ahora me habéis distinguido, e independientemente de las decisiones que haya que tomar en los próximos días, mantengamos intacta la profunda unidad de cuantos formamos parte de la junta superior, porque sólo la unidad, por encima de maniobras y engaños será el verdadero signo por el que nuestra sociedad nos distinga como cofrades".