Vía-Crucis en la ciudad de Sevilla. Manuel Enríquez Becerra

El Vía-Crucis, más famoso de todos y el más antiguo, es el de la Pía Unión que se celebra en la Casa de Pilatos.

Antiguamente éste vía-crucis de La Pía Unión se hacía por las calles, desde la Plaza de Pilatos, hasta el monumento que hay  de la Cruz del Campo, en la calle Oriente, ahora llamada Luis Montoto.

Todavía se conservan a cada ciertos metros de distancia los mosaicos con los misterios dolorosos, en la calle antes reseñada que va al monumento de La Cruz del Campo.

También está el de San Ildefonso con el Cautivo por las calles de su feligresía.

Casi todas las hermandades y cofradías celebran su vía-crucis en sus iglesias con bastante recogimiento parándose en cada estación dentro del templo.

En esos días de vía-crucis hay un inmenso olor a incienso por las calles de Sevilla que sale de dentro de las iglesias.

Las estaciones son los misterios dolorosos de Nuestro Señor Jesucristo que están en cuadros en relieve pequeñitos, dentro de las iglesias o parroquias alrededor de las naves.

Hay algunas hermandades que hacen su vía-crucis por los aledaños de sus iglesias, es decir por las calles del barrio.

Es lo que más se prodiga en cuaresma los vía-crucis de las hermandades y estamentos religiosos, cómo conventos de religiosas y religiosos.

Suelen sacar una imagen de misterio en parihuelas, con algún adorno floral a los pies de la imagen.

Alguno, de los vía-crucis suele llevar música de capilla, pero en contadas ocasiones.

Los vía-crucis, son acompañados por hermanos de cofradías o feligreses, portando cirio y haciendo un cortejo procesional.

Todos van presididos por una cruz parroquial o la cruz de la hermandad de penitencia que corresponda, con sus faroles a los lados.

Los vía-crucis son actos de recogimiento y penitenciarios, mucho silencio.

En la capital hispalense raro es el día que no hay vía-crucis en la cuaresma, preparándose todo el mundo para lo que se avecina que es la Semana Santa.

Vas por la ciudad por la tarde noche y de pronto te encuentras con un vía-crucis, que tiene cortada la calle a vehículos.

Y en los barrios en sus parroquias son muchos también, los vía-crucis que se celebran.

Reseñar que en la Semana Santa tiene su encanto el cante por saetas. Y que los sevillanos les rezan a sus imágenes en las calles, con el cante de una saeta.

Y el dulce por antonomasia que se degusta por estas fechas son las exquisitas torrijas enmeladas en miel, que se consumen en las confiterías y tiendas de dulces sevillanos.  

Manuel Enríquez Becerra

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.