La bulla. Antonio Sánchez Carrasco
Otro de esos elementos que este año sólo veremos en los videos del Nefli. Este año nos perderemos, al carrito tobillero, a la Señoras de pelo cardado y reflejos violín, que con el bolso en modo melé y empujando más que el último pico de la ensaladilla, las pandillas cogidas de la mano como si estuvieran jugando al látigo, el que aprovecha para meterle mano a la novia, el del hielo, los costaleros que corren pal relevo, el carrito en alto con Señor apurado detrás y Señora que llevan al niño contracorriente, el que se le va el punto y huele a bajante, la pandilla de muchachitos rapados a lo Sergio Ramos que amplifican al grito de “estas podrío”, lo que todos los que estamos en la bulla hemos constatado sin necesidad de que nadie nos los diga, el que está apoyado en una pared pronosticando que así empezaron las carreritas de la Madrugá, el que “pograma” en mano, grita “cuando paseis el arco gira a la izquierda, haber si llegamos antes que la cruz de guía”, la que quiere que el novio le eche el sobre de mayonesa a la hamburguesa que acaba de comprar en el quiosco callejero; el sobre acaba cayendo de las manos de un contrariado novio que ve como su “churri” tendrá que comerse la hamburguesa seca como un esparto..., y en esa fauna justo cuando llegas al otro lado, tres policias modelo armario empotrao te instan a dar la vuelta porque esa calle está aforada. Esta recreación no tiene nada que ver con la realidad..., ¿o si?.
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