Arte Sacro
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Si el Consejo fuera Disney. Antonio Sánchez Carrasco


En una de esas noches en las que el cerebro no le apetece reiniciarse. Tras matar un mosquito con más barriga que Gambrinus con el esparto bajo, que dejó en la pared media ración de sangre encebollá, me crucé con una noticia en la que se decía que Disney iba a aplicar su particular VAR al beso que el Príncipe le dio a la Bella Durmiente. Ya les adelanto a los directivos de la multinacional de entretenimiento que no fue consentido, para que lo fuera la mujer debía de haberse llamado la Bella Despierta. El adjetivo que acompaña a su nombre (Durmiente) da una idea de que la mujer no dijo engaaaa (Palermasso dixit). Y en estas locuras de madrugada se me ocurrió pensar si el Consejo empezará a revisar la Semana Santa con esos extraños criterios ¿cómo sería nuestra Semana Santa? ¿Imaginamos?. Eeengaa otra vez.

De entrada una cofradía se me viene a la mente. A los Negritos le cambiaban el nombre fijo. Le pondrían las personitas de color. La sangre sería otro problema. Volveríamos al manierismo.  Cristos con la mínima policromía sanguínea. Los animales serían huérfanos. Bambi, Dumbo, el Rey León,  el caballo de la Lanzada,  el perro de la Milagrosa, el dragón del Decreto, Calamar, los caballos de la Exaltación..., todos hijos de padres muertos. Para seguir esa máxima de la Disney.

Las bandas además de tocar bailarían por las calles...La noche siguió buscando la madrugada. Poco a poco la ausencia de ruido fue provocando que mi rato insomne me acercara al conticinio. Aquí en Sevilla uno de los conticinios más hermosos que he vivido, viste de ruán negro y se vive en la Catedral cuando pasa el Silencio. Aquello sí que es un auténtico espectáculo para los sentidos y la vida del creyente. Ver cómo el naranja brillante de los cirios va rellenando de vida el más absoluto y rotundo de los negros es una metáfora de salvación mejor explicada que en ningún otro sitio y algo que un dibujante de Disney no puede ni llegar a imaginar. A veces se me olvida de la suerte que tengo con vivir donde vivo.










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