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La Virgen de los Reyes, o Santa María de Sevilla, la evolución de su culto en procesión. Segunda parte: bajo un palio. Reyes Pro Jiménez


Hace unos días hablábamos de los primeros tiempos del proceso de evolución del culto procesional a la Virgen de los Reyes, en la Edad Media llamada Santa María de Sevilla.

El primer elemento usado en la procesión fue el baldaquino o tabernáculo que sería sustituido por un palio, aunque fuese habitualmente reservado al culto al Santísimo Sacramento

Actualmente asimilamos e identificamos la forma de palio de tumbilla con la Virgen de los Reyes, pero en los siglos XVII y XVIII se usaba para muchas imágenes sagradas esta forma de tumbilla y es lógico pensar que la Virgen de los Reyes no fuese una excepción ya en esa época, sobre todo porque la Virgen de las Aguas, también del ciclo iconográfico alfonsí (llamado de imágenes o vírgenes “fernandinas”) lo utilizaba en sus procesiones.

Tenemos el testimonio del préstamo a la Virgen de los Reyes, para la procesión de 1810 a 1812, del palio de tumbilla de la Virgen de las Aguas, pues el suyo había sido puesto a buen recaudo ante las tropas de invasión francesas para evitar el robo de los varales de plata del siglo XVIII. Pero si bien la Virgen de las Aguas siguió procesionando durante todo el siglo XIX bajo palio de tumbilla, por esos años la Virgen de los Reyes lo hacía bajo palio recto. Quizás por esto se extendería posteriormente la idea tópica de que el palio actual de tumbilla de la Virgen de los Reyes es simplemente una copia del palio de Virgen de las Aguas de la Colegial del Salvador.

En el Museo del Convento del Santo Ángel de Sevilla, de Padres Carmelitas Descalzos, podemos ver una imagen que puede corroborar esta hipótesis. Es un pequeño dibujo en color, de no más de 15x20 cm, en el que se representa la Virgen de los Reyes en su paso enmarcada en una cartela entre una composición de hojas y volutas de raigambre barroca. En la parte superior una filacteria nombra la imagen como “de los Reyes”: en letras mayúsculas se lee “alelvia nª/sª de los reyes”. Lo publicamos por primera vez en el número 427 de la revista “Mirian” (enero-febrero de 2021)

 

Virgen de los Reyes. Museo del Convento del Santo Ángel, Sevilla. Por gentileza del padre Juan Dobado Fernández OCD .Foto: Reyes Pro Jiménez

Si bien desde finales del siglo XVII y durante el XVIII se usó el palio de tumbilla, la forma más probable del primer palio, que probablemente sustituiría en la procesión al tabernáculo de plata hasta mediados o fines del XVII, sería la “de cajón” palio recto con cuatro varales, al igual que el número de columnillas que había tenido dicho tabernáculo medieval.

En una pintura del siglo XVII que se conserva en la Catedral de Sevilla podemos ver una procesión que tuvo lugar en 1662 con motivo de la Consagración de la Iglesia del Sagrario; en ella la Virgen de los Reyes procesiona en andas con un sencillo palio recto sobre cuatro varales.

 

Fragmento del lienzo “Procesión por la Consagración de la Iglesia del Sagrario en 1662”. Catedral de Sevilla

Puede que anteriormente a la época del XVII, representada en este lienzo, se usasen simultáneamente el tabernáculo y un palio exento cubriéndolo, a la manera de la procesión de rogativas a la Virgen de San Lorenzo de Valladolid que vemos en un cuadro de Matías Blasco.

 

Retorno de Nuestra Señora de San Lorenzo desde el palacio real a su iglesia, noviembre de 1601Parroquia de San Lorenzo, Valladolid,  óleo de Matías Blasco (fallecido en 1635) 

El hecho es que como decimos durante todo el siglo XIX la Virgen de los Reyes procesionó bajo palio recto con cuatro varales y así lo hizo hasta 1923. Pero ya desde los últimos años de dicho siglo XIX existían proyectos para cambiar este sencillo palio recto. Ya en 1865, después de unas rogativas ante una epidemia de cólera morbo, se tenía la idea de hacer un nuevo paso para la imagen. Posteriormente, en 1891 y en 1893 Virgilio Mattoni elaboró dos proyectos o bocetos para el paso, con el patrocinio de la Infanta Doña María Luisa Fernanda de Borbón, pero no se ejecutaron ninguno de los dos. El diseño de 1891 consistía en un palio de cajón con cuatro varales, bambalinas con castillos y leones rampantes bordados con flecos de malla y borlas. En el faldón delantero tendría águilas bicéfalas tenantes sosteniendo el escudo imperial. El proyecto de 1893 era de un palio de ocho varales rematados por una flor de lis y sujetos en el paso con unas abrazaderas instaladas en el exterior a la altura de los respiraderos Las bambalinas eran caídas sueltas similares a los palios de respeto. Como decimos, ninguno de estos dos proyectos se llevó a cabo.

 

Diseños de Virgilio Mattoni, 1891 y 1893 

Las imágenes de las salidas procesionales de la Virgen de los Reyes hasta 1923 nos muestran a la imagen bajo un sencillo palio de cajón varales de plata con grabados florales en forma salomónica y castillos, del siglo XVIII, en número de cuatro. Tampoco llevaba en esta época los ramos de nardos en las esquinas que ahora son característicos del exorno del paso.

Fotografías de Serrano, 1919. Catálogo Exposición 100 años imágenes. Ayuntamiento de Sevilla, 2004

El actual paso, de “litera o tumbilla” también sostenido por cuatro varales, se estrenó en 1924 después de un proceso comenzado en 1921 por iniciativa del Cardenal Arzobispo Almaraz y Santos.

La denominación “de tumbilla” proviene de un artefacto común antiguamente sobre todo en zonas de clima muy frio para calentar las camas, este artefacto llamado tumbilla consistía en una estructura convexa que cobijaba un braserillo y que se metía entre las sábanas. Puede que nombre derive del hecho de que la forma podía recordar la de una pequeña tumba y que evocase la del templete o baldaquino que cobijaba la imagen de la Virgen antiguamente.

 

Desde luego la estructura de tumbilla para un palio no era algo nuevo. Como hemos visto existían precedentes incluso para la propia Virgen de los Reyes y seguía procesionando con él la Virgen de las Aguas, pero en la época de la década de 1920 se había podido ver en Sevilla un ejemplo más del uso de palio de tumbilla, además en arquitectura funeraria en conexión con la etimología de pequeña tumba. El 16 de mayo de 1920 había muerto en Talavera de la Reina el más que célebre matador de toros de la época: José Gómez Ortega, conocido como  Joselito o Joselito el Gallo (1895-1920), su muerte fue una conmoción en Sevilla, los balcones se vistieron de luto con mantones negros y la Virgen de la Esperanza Macarena también se revistió de paños y velos negros. En la Parroquia de San Gil se levantó un túmulo funerario, utilizando elementos como las andas de la Macarena, y este monumento funerario se remató con un palio de tumbilla.

 

Túmulo funerario a Joselito “el Gallo” en la Parroquia de S. Gil

El proyecto para modificar el paso de la Virgen de los Reyes había quedado en suspenso hasta el anteriormente mencionado año 1921. Siguiendo la idea del Cardenal Almaraz se creó una Comisión o Junta Ejecutiva para llevarlo a término y se publicó un llamamiento a los fieles y a los sevillanos en general para colaborar y se formó una comisión de señoras para obtener donativos y plata. La Comisión estuvo encabezada por la Infanta Doña Luisa de Orleans, y tuvieron destacada colaboración Dolores Llorente de Ybarra, quien donó el sillón para la Virgen (elaborado por Rafael Alcoba en carey sobre roble con apliques de plata repujada), además de Reyes e Inés León Armero, que aportaron la peana de plata, realizada por José Moguer.

El nuevo palio fue diseñado por el Arquitecto Municipal Juan Talavera Heredia en forma de tumbilla, similar al palio de la Virgen de las Aguas del Salvador, y que traía recuerdos de la forma abovedada del tabernáculo medieval. Fue bordado sobre tisú de plata en los talleres de José Olmo  y Hurtado; los faldones y la parte interior o techo de palio se bordaron a juego también en tisú de plata, utilizándose un dibujo de estilo renacentista, que recuerda a un frontal de la Catedral del XVI. Figuran además bordados en el paso castillos y leones y la Giralda con dos jarras de azucenas. 

El palio de tumbilla se estrenó el 15 de agosto de 1924 en la Magna procesión realizada con motivo de la inauguración del monumento al rey San Fernando en la Plaza Nueva, pero no se terminó por completo hasta años posteriores con la elaboración del escudo de Sevilla. Desde entonces es el normalmente utilizado en las procesiones de la Virgen de los Reyes. 

Virgen de los Reyes, procesión extraordinaria de 1929. Archivo Ángel Prados.
Por gentileza de Mariano López Montes

 

Dedicado a la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando.

 

Reyes Pro Jiménez

Historiadora y bibliotecaria










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