El analista cofradiero. Antonio Sánchez Carrasco
Estamos en una sociedad que todo lo analiza y la Semana Santa no iba a ser menos.
La necesidad de estar informado junto con la proliferación de redes ha hecho nacer una especie nueva. El analista cofradiero. Hay quien analiza el índice Dow Jones o el Nikkei, en cofradias sería el IMC, índice de marchas en Campana. O quien opina sobre porque Murakami suena tanto para el Nobel de Literatura, aquí está claro que sería como los que abogan porque Pascual González sea pregonero, o Michel cuando se queda un banquillo libre en fútbol, "suenan los Villanueva", vulgo dixit, cuando una junta tras abracitos y besitos al aire, al día siguiente por carta reconoce que los actuales capataces no seguirán.
Algo que ha cambiado poco es que antiguamente donde mejor se hablaba de cofradias era en las tascas y tabernas, ahora se sigue hablando incluso en alguna taberna virtual como en la que se suele sentar Estrella Carreño (#undiamenos) y la compaña.
Están los analistas profesionales que trabajan en los medios y salvo tuits mal enunciados o algún bulo colado, que se lo cuenten a Albero, suelen ser certeros. En una ciudad como esta hay que dar las noticias que el público gusta de leer, un clic es dinero, pero vamos no seré yo quien critique a personas que de la mejor fe tratan de ganarse la vida hablando de la ciudad y sus tradiciones.
Yo soy más de los analistas amateurs. Aquellos que escriben en webs con nombres muy de cofradias, o aquellos que se esconden tras un pseudónimo relacionado con elementos, instantes o personajes cofrades.
Me gusta ver que la Fiesta disfruta de salud porque aunque no siempre estoy de acuerdo con sus análisis el hecho de que existan opiniones contrapuestas hace que la Semana Santa evoque una especie de antropología cofrade 2.0. Se hacen análisis de todo. Menos de orina si se me permite el chascarrillo. Y en los últimos tiempos con las túnicas bordadas, las saetas al Gran Poder, los cambios de bandas, la alternancia en los martillos...y todos esos temas que han surgido en el epílogo pandémico han tenido ingredientes para mucho analizar.
Y en estas iba pensando en la romería del autobús 27 desde mi casa al centro, incluyendo sesteo cuando cambia de conductor en los Arcos. Nada fomenta más la lectura que Tussam en Sevilla Este. Y con él libro que llevaba entre abierto mientras pensaba en los analistas cofradieros, me bajé por fin en el destino que en estos casos se convierte en una especie de tierra prometida.
Crucé por los Terceros en dirección a la fábrica de sombreros donde el artista sevillano @locodelcolor tiene un rinconcito donde pintar y allí apareció su nueva obra dedicada a la Virgen en ese momento de Expectación de su alumbramiento justo donde el Macario tenía sus huertas. La Macarena del mundo resaltada sobre los colores de la vida. No había más formas que las de su cara y en el centro de la imagen, el artista había conseguido resaltar aún más la belleza de la Esperanza Macarena. No importaba si su saya tenía un significado litúrgico o no. No importaba quien saliera de hermano mayor. Daba igual todo, sólo era Ella en la inmensidad de su belleza. Pensé en la sensibilidad que tiene que tener una persona para pintar así , me enorgullecí al acordarme de que somos amigos y acabamos tomando una cerveza en plena calle Feria, por supuesto hablando de cofradías, está la cosa para sacar otros temas. Y por supuesto hubo quien empezó a hablar sobre lo que llegan a prometer los candidatos para aparcar...y ahí se perpetuó el bucle sacro en el que vivimos muchos sevillanos, salvo los que te miran con estupor y te dicen que Dios está en San Onofre, como si el Gran Poder fuese un primo tuyo que ha llegado de Palencia para echar el invierno. Pero eso es otra historia...
#LosLunesalSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.