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El primer nazareno. En recuerdo de Pepe Aguilar Reina. Reyes Pro


El primer nazareno de cirio detrás de la Cruz de Guía en la cofradía de la Sagrada Mortaja era Pepe. Pepe, que no Don José. Cuando te presentaban a alguien que te trataba así, con el don y el usted, le contestabas: “A mí Pepe y de tu”: A pesar de tu prestigio como médico, de tu altura profesional y académica, la sencillez y la amabilidad con todos era tu norma de conducta siempre seguida.

 

Cruz de Guía de la Sagrada Mortaja

 

Te gustaba adelantarte, ir el primero allí donde era necesario. Quizás por eso, y aun pudiendo ir en puestos de más antigüedad en la cofradía, pedías siempre salir “de primer nazareno de cirio detrás del Muñidor”, era tu sitio y en él alguna vez te acompañó tu hijo Pepe. 

Nazareno a la antigua usanza sevillana, nazareno auténtico, de esos que cada vez apreciamos menos en unos cortejos donde lo esencial es a veces eclipsado por lo accesorio; sabías muy bien lo que significaba en esta Ciudad ser nazareno y cofrade cada día del año.

Quisiste “echar una mano” en lo que se necesitase de ese día a día y entraste a formar parte del grupo de trabajo de Archivo de la Hermandad. ¡qué bien iba con tu carácter eso trabajar en el Archivo! Una labor callada que tantas veces se había olvidado en esta Ciudad, en hermandades como en todas las instituciones y organismos, pero que tú sabías apreciar. Trabajando siempre con entusiasmo, con alegría y buen humor; pues tantos y tantos buenos ratos nos hiciste pasar con tus anécdotas e historias, que no sabría cual elegir.

 

Grupo de archiveros de la Sagrada Mortaja: Pili, Reyes P., PEPE, Pilar, Virtudes y Federico. Fot.Reyes Fernández

 

 Trabajando en el Archivo: PEPE, Pili, Reyes F. y Federico.

 

No “ibas de nada”, no presumías de nada. Y eso además en esta sociedad actual que es tanto de la apariencia y del figureo. No te vanagloriabas de nada, ni de tu cultura, ni de tu profesionalidad o tu experiencia, porque todo era naturalidad. Sólo te mostrabas claramente orgulloso cuando contabas que Juan Manuel Miñarro te había tomado como modelo para el monumento a San Juan Pablo II, que vemos en la cofradiera plaza de la Virgen de los Reyes y que eso les entusiasmaba a las monjas agustinas del cercano convento, que eran pacientes tuyas.  

Magnífico médico, siempre preocupado por tus pacientes y también tú eras paciente porque tenías una paciencia infinita. Ejerciste en hospitales, fuiste investigador con decenas de artículos y miles de citas académicas; fuiste presidente, medalla de oro y homenajeado por sociedades médicas, pero no necesitabas alardear ni demostrar nada porque quien te conocía te apreciaba, todos: compañeros, pacientes… y amigos. Eso era lo que te gustaba: ser amigo de tus amigos y ayudar a cuantos pudieras, además sin darle importancia y siempre con una sonrisa amable.

Siempre estarás con nosotros, querido Pepe, con tus amigos, con todos tus hermanos y desde ahora muy cerca de la Virgen de la Piedad y del Cristo Descendido de la Cruz.

  

Nuestro Pepe con los archiveros (los citados) y compis (Reyes L, Paco G y Fernando S).

 

Nota.- "Se celebrará una Misa el próximo día 17 de marzo a las 20 horas en la Hermandad de la Sagrada Mortaja, calle Bustos Tavera, 15 "

 

 










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