Provincia. La donación de órganos y los trasplantes en el Silencio de Écija
Arte Sacro. El pasado miércoles 18 de octubre se celebró en el Palacio de Benamejí de Écija una mesa redonda titulada “Trasplantes: La vida gracias a la generosidad”, organizada por la hermandad del Silencio.
Esta hermandad, en su obra social, lleva desde hace años la promoción de las donaciones de órganos, enfocándola como un acto sublime de amor al prójimo, para que enfermos terminales puedan tener más opciones de recibir un trasplante y disfrutar de una prórroga en la vida.
El Dr. José Pérez Bernal moderó el acto, en el que intervinieron once personas, once luchadores por la vida, que con sus testimonios emocionaron a los presentes. Agradeció a la hermandad los numerosos actos que organizan con esta obra social, así como haber solicitado y conseguido, junto a la hermandad de Santiago, que el Ayuntamiento de Écija inaugurase la “Glorieta de los Donantes de Vida y Esperanza” delante del Hospital.
José Manuel Fernández “El Niño”, costalero y capataz de Sevilla trasplantado de riñón desde hace 30 años, agradeció a la familia de su donante la calidad de vida que le regaló. Lo mismo hizo Manuel Hidalgo, también cofrade, trasplantado de hígado hace 28 años.
José Antonio Montero, psicólogo que recibió un trasplante de hígado, expuso las sensaciones que sufre un enfermo terminal y su familia, así como lo que se siente al volver a nacer. Hubo un momento en el que dejó de preguntarse ¿por qué? y reaccionó preguntándose ¿para qué? Como todos sus compañeros trasplantados, ahora luchan para ayudar a otros enfermos.
José Luis Ruiz, trasplantado de hígado hace 7 años, repitió palabras de agradecimiento a su donante anónimo. También lo hicieron otras dos personas trasplantadas de hígado, Rafael Álvarez hace ya 22 años y Dolores Pérez hace 23. Rafael ha podido conocer a tres nietos y Dolores a 9 nietos y 2 bisnietos.
Francisco Garrido habló de la importancia de luchar cuando te viene una enfermedad y también Francisco Neira, que espera un trasplante renal.
María Dolores Tejero, cuyo trasplante de médula de hace 8 años le ha permitido disfrutar de calidad de vida y conocer a sus nietos.
Dos familiares de donantes fallecidos, una esposa y una hermana, emocionaron a los presentes con su generosidad.
El hermano mayor, Juan Pablo Madero Gamero expuso que la hermandad del Silencio se siente orgullosa de esta obra social, con la que se siembra una semilla de generosidad y amor al prójimo, imprescindible para hacer posible los trasplantes en los hospitales.
Para finalizar, los participantes mostraron sus tarjetas de donantes de órganos.
Fotos: José Pérez Bernal.
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