De Fitur y el Cachorro en el Parque del Alamillo de Roma. Antonio Sánchez Carrasco
Tenía un run run en la cabeza toda la semana y al llegar al jueves y leer al arzobispo de Granada decir que "La actividad cofrade no es una oferta de Fitur" el frito variado de neuronas que me quedan a los cincuenta implosionaron.
Todo empezó con el recorrido del Cachorro que, aunque no me gusta ni me parece el apropiado, no diré nada más pues no soy hermano ni puedo dar mi voto a favor o en contra de Roma. Eso sí, como devoto del Cristo que asciende a los cielos clavado en una Cruz, creo que su procesión romana no va por el sitio más hermoso o más adecuado para que grandes devociones de muchas personas, no sólo el Cachorro, se muestren al mundo. ¿Parece que había que alejar la procesión del Vaticano? O allí también hay un Cecop romano que hace y deshace a placer. Y no me vale lo de los mártires que murieron en el Coliseo pues ni los historiadores se ponen de acuerdo si fue así o no. Y si fuera correcto es como si aquí salieras de la Basílica de la Macarena y por Resolana y Torneo desembocaras en el Parque del Alamillo.
En cuanto a las palabras del arzobispo granadino en parte estoy de acuerdo con él pues aunque la Semana Santa puede servir al turismo siempre tenemos que saber la esencia de porque se viste una túnica o se pone un costal. Realmente pienso que no es necesario culpar al turismo ya hace mucho que los cofrades banalizamos la fiesta y encumbramos lo accesorio olvidando a veces lo esencial. Hay que mirarse en los adentros y entender que esto se lleva en las entrañas y no en las carteras o las redes sociales. Sean buenos y tengan cuidado ahí afuera.
#LosLunesAlSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.