Provincia. Lora del Río conmemoró el Centenario del Milagro de la Virgen de Setefilla
Manuel Pinto Montero. “Y aquella misma noche llovió”. Así rezan los loreños a su Virgen de Setefilla en recuerdo del Milagro que la Santísima Virgen realizó hace ahora cien años. Por este motivo el pueblo de Lora del Río ha vivido unos días de gozo y emoción junto a su venerada Patrona. La Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla ha celebrado este aniversario con un solemne Triduo en la Parroquia de Nuestra Señora Santa María de la Asunción, mientras que en el Santuario se preparaban por un día gozo y emoción.
Con la llegada del sábado 17 de mayo los nervios se apoderaban de sus devotos y el camino hacia el Santuario se llenaba de fieles buscando a la Santísima Virgen en este día de gracia. La Hermandad celebró el Centenario de aquel milagro con una Solemne Función de Acción de Gracias en el exterior del Santuario donde acudieron numerosos fieles y devotos que no quisieron perderse esta estampa única.
En el interior del Santuario los nervios y la emoción se podían observar en cada uno de los loreños que con su tradicional pañuelo blanco esperaban el momento de portar a su Patrona. Como manda la tradición, de rodillas los loreños esperaban la invocación del Santa María para levantar las andas e iniciar el glorioso traslado. Esto ocurría a las seis de la tarde cuando el sol doraba la portada del histórico Santuario.
Las campanas de su Templo repicaban, como si de una mañana de septiembre se tratara, para anunciar con gozo que la Virgen de Setefilla estaba ya en los hombros de sus devotos. Fueron escasos metros de recorrido pero de una gran intensidad. Lora del Río la llevó por los aledaños del Santuario hasta el altar efímero que se había levantado junto al mismo.
Hombres y mujeres que llevaron a su Patrona en recuerdo de tantos loreños que durante siglos han mantenido esta bella tradición. La Santísima Virgen de Setefilla era entronizada en su altar donde se celebró la solemne Eucaristía conmemorativa concelebradas por los párrocos loreños.
María Santísima de Setefilla Coronada es obra de Agustín Sánchez Cid realizada tras los sucesos del año 36. Para esta ocasión la Virgen de Setefilla lucía saya y manto de brocado de sedas de colores. En sus manos sostiene a su divino Hijo, que lucía túnica a juego con la venerada talla. Sobre sus sienes portó la corona de oro que, el entonces Arzobispo, don Carlos Amigo Vallejo le impuso en la Plaza de la Coronación el 8 de septiembre de 1987. El bello conjunto iconográfico queda enmarcado en ráfaga dorada.
Para esta magna ocasión, y tal y como ocurre cada 8 de septiembre cuando está en su Santuario, procesionó en su bello templete de plata con el amor y la devoción que solo los loreños saben demostrarle a la Santísima Virgen de Setefilla. Fue la Junta de gobierno la encargada de depositar sus andas en el altar antes de iniciar la Eucaristía.
Tras la misa la Santísima Virgen de Setefilla regresaba a su Santuario pasada las ocho y media de la tarde. De este punto cuida y protege a su pueblo que la espera impaciente en cada ida y que sube a su Santuario buscando siempre el consuelo de una Madre. Este amor de Lora del Río a su Madre es tan profundo que la Santísima Virgen se lo devuelve con grandes dones y milagros y por eso Lora ha celebrado el ocurrido hace cien años cuando el pueblo imploró su protección tras grandes sequias y la llevó a su pueblo aquel 17 de mayo de 1925 para pedir su amparo y la Santísima Virgen de Setefilla los colmó de bendiciones regando sus campos mientras el pueblo la llenaba de súplicas y vítores.
En recuerdo de aquel prodigioso milagro Lora del Río ha vuelto a ponerse a sus plantas y ha pedido de nuevo su amparo y protección para que siga cuidando al pueblo como lo lleva haciendo desde hace siglos.
Fotos: Manuel Pinto Montero.