Provincia. Utrera arropó a su Patrona, Nuestra Señora de Consolación Coronada, en el 375 aniversario de su Hermandad

Manuel Pinto Montero.  Como cada 8 de septiembre llegaban miles de peregrinos hasta las plantas de la Virgen de Consolación cuando el reloj marcaba las ocho de la mañana de un histórica, inolvidable y jubilosa Festividad de la Santísima Virgen de Consolación de Utrera. Este año el encuentro con la Virgen del Barquito en la mano sería especial, ya que con motivo del 375 Aniversario Fundacional de la Hermandad de Consolación, Nuestra  Señora de Consolación Coronada, procesionó sobre los hombros de su pueblo durante el extraordinario Rezo del Santo Rosario que presidió la Santísima Virgen por el Parque del V Centenario, que se encuentra junto al Santuario, y el Paseo de Consolación.

Los hermanos, devotos y  peregrinos venidos desde distintos puntos de la geografía sevillana portaron las andas de la Santísima Virgen de Consolación durante la hora y media que la Virgen estuvo en la calle. El sol tímidamente se asomaba hasta las puertas del Santuario para no perder detalle de ese histórico momento, los hermanos bajaban a la Virgen del Altar para llevarla hasta las puertas de su Santuario y que fuese su pueblo el que la portara en una mañana especial.

Durante el rezo del Santo Rosario fueron miles los vivas que se lanzaron, también se rezó cantando plegarias y sevillanas. Las campanas del Santuario, con esa manera única que tiene Utrera de repicar sus campanas, querían anunciar a todo un pueblo que la Virgen de Consolación estaba en la calle. Para esta magna ocasión Nuestra Señora de Consolación lució saya bordada de seda y manto de tono guinda bordado, a juego con la túnica del Niño. A este manto se le conoce como el manto del pueblo estrenado en el año 2024.  Sobre sus sienes la Corona con la que fue coronada en la utrerana plaza del Altozano el 1 de mayo 1964. En su mano derecha portó el tradicional barquito de la Virgen de Consolación. Las andas fueron exornadas con nardos blancos en las esquinas. En la delantera iluminaba la talla dos candelabros de guardabrisas.

Muchos fueron los devotos que la acompañaron dentro del Parque, mientras que delante de la Virgen era difícil andar debido a los numerosos devotos que con sus rezos cantados ponían sonido a una mañana muy distinta en Utrera. Los aledaños del Santuario se engalanaron con arcos y guirnalda junto a una hermosa cúpula que atravesó a la salida del Templo.

Con paso lento la Virgen de Consolación atravesó su Paseo que la llevó de nuevo a su Santuario, mientras el pueblo rezaba al compás de sevillanas y plegarias. Pasaban unos minutos de las nueve y media de la mañana cuando la Virgen de Consolación atravesaba el dintel de su casa, con la mirada puesta en sus miles de peregrinos que fijaban sus ojos en la portada de ese magnífico templo mariano.

La Hermandad de Consolación y el pueblo de Utrera, con motivo de este 375 aniversario de Hermandad, quisieron  volver a vivir lo que sus antepasados narraban antes de que Carlos III extinguiese la popular romería de la Virgen de Consolación en 1771. Hasta esa fecha la Virgen procesionaba por los alrededores de su santuario en la Festividad de la Natividad de Nuestra Señora.

Este año conmemorativo trajo de nuevo esa imagen, una imagen distinta a la que había hasta el siglo XVIII. Pero lo que no ha cambiado, sin lugar a dudas, es la fe y la devoción del pueblo de Utrera a Nuestra Señora de Consolación Coronada.

Fotos: Manuel Pinto Montero.