Provincia. Una obra de Ricardo Gil anuncia que la Divina Pastora de Cantillana volverá a salir en Romería tras diez años
Arte Sacro. La localidad de Cantillana cuenta los días para volver a peregrinar con su Divina Pastora. En esta espera, el bello rostro de la Virgen lo llena todo desde el cartel anunciador de la Romería pastoreña, una obra de Ricardo Gil que plasma el ansia de los cantillaneros por volver a caminar con la Virgen tras diez años de espera.
La de este año será una Romería más especial aún que de costumbre. Cada cinco años, la Virgen sale en la carreta de plata hasta la aldea que lleva su nombre para presidir los festejos romeros. La pandemia truncó la Romería de 2020, por lo que desde 2015, han pasado diez años, la Divina Pastora no visita su ermita.
Ricardo Gil ha sabido plasmar ese ansia que recorre Cantillana por peregrinar de nuevo junto a la Divina Pastora. El cartel realizado en técnica mixta mediante collage, acrílico y óleo sobre tabla, muestra un primer plano magistral de la Virgen, que “fija su mirada directa sobre el espectador, una mirada que traspasa el papel para encontrarse con los ojos de su pueblo cantillanero”.
Rotunda, como “Reina de los Cielos y de la Tierra”, la Virgen se presenta “majestuosa, serena y cercana”, según detalla el propio autor. Su presencia lo llena todo en el cartel, al igual que en el pueblo y en este pasar de días desde la conclusión de sus cultos hasta la llegada de la Romería el último fin de semana del mes, los días 27 y 28 de septiembre.
Junto con el rostro de la Virgen, destaca en las hiladas de la mantilla que enmarca el simpar rostro de la Divina Pastora , “como si de un bordado se tratase” la representación de “la llegada de la Divina Pastora en su carreta a la ermita”, como señala Ricardo Gil. “Una imagen cargada de emoción, pues simboliza el esperado regreso tras diez largos años, un momento de júbilo absoluto que envolverá a todo el pueblo de Cantillana”.
Cierra el cartel en su parte inferior el anuncio de la celebración de la Romería y el solemne Besamanos, ambos el último fin de semana de septiembre, “recordando que esta cita no es solo un evento religioso, sino una manifestación viva de fe, devoción y verdad”. Porque este cartel “no solo anuncia una fecha, proclama un reencuentro. Es el reflejo de una esperanza que ha latido durante años y que, por fin, se convertirá en realidad”, apostilla el artista.
El besamanos con el que se clausuraba el mes de septiembre, se acompañó en 1952 de una romería popular campestre al olivar de Lapola, al sitio conocido como Los Pajares. El festejo caló de inmediato en el alma cantillanera. La erección de una ermita para la Virgen, la construcción de una aldea a su alrededor, y las visitas periódicas de la Divina Pastora cada cinco años contribuyeron sin duda a que la Romería, unida inseparablemente a la fiesta del besamanos, se haya constituido como una de las romerías más multitudinarias de la provincia de Sevilla.
Este año, por fin y tras una década de espera, la Divina Pastora volverá a bendecir los campos peregrinando con su pueblo, que pondrá el broche de oro al mes de septiembre con esta Romería y dejando el beso de la devoción en sus benditas manos.
Foto: Hdad.