Carta a los peregrinos venezolanos. Juan Martínez Alcalde

Queridos hermanos y hermanas de la Divina Pastora:

Unas palabras de gratitud para expresar a todos nuestro reconocimiento por le gesto que la Arquidiócesis de Barquisimeto ha tenido con Sevilla, a través de su devoción más genuina: La Divina Pastora.

Podemos asegurar que después de vuestra visita, ya nada esigual ni volverá a serlo en la Hermandad de la Primitiva. A través de esta experiencia (corta pero intensa) todos nos hemos enriquecido mutuamente y hemos llegado mucho más lejos que lo que las más optimistas ilusiones nos hubieran permitido imaginar.

En palabras literales de los organizadores de la peregrinación, habéis venido a “devolver el regalo que Sevilla hizo a la Iglesia ”, y para satisfacción vuestra creemos que tal deuda, su alguna vez existió, ha sido saldada y colmada con creces.

Apreciamos en todo su valor ese gesto de saltar un océano para incluir a nuestra capital entre las ciudades santas. Nos emocionó descubrir que vuestro atuendo de romería (blanco y celeste, los colores marianos) lleva estampado el rostro bellísimo de la Imagen Titular de esta Hermandad y que ese mismo rostro se va a pasear además por Fátima, altar del mundo y por Roma, cabeza de la Cristiandad.

Nos sentimos impresionados al ver que una copia exacta de vuestra imagen, la veneradísima y milagrosa Pastora larense, ha venido acá dejando entre los Capuchinos testimonio fehaciente de vuestra estancia. Y para asegurarnos de que todo esto ha sido real y no lo hemos soñando, ahí están los otros testimonios: el pectoral de vuestro simpático y dignísimo Arzobispo, las órdenes civiles concedidas a la primera Pastora de Sevilla y del Universo, los mármoles grabados que perpetúan tan sonada efemérides... Digno de mencionar el cariñoso e inmenso trabajo desplegado contra reloj por nuestra Hermandad para que todo estuviera a la altura de la ocasión.

En esos preparativos apresurados yo mismo recorté una estrella blanca para que sirviera como plantilla en las que lleva vuestra bandera, y luego pude ver como otra bandera de Venezuela quedaba a los pies de la Virgen , bajo su amorosa protección, para ser procesionada sobre el monte de oro y de flores de su paso, gesto que muy posiblemente no tiene igual en la moderna historia cofradiera, ni siquiera tal vez con la propia enseña nacional española.

Nunca podremos olvidar esos gestos extáticos durante la procesión, la ejemplar unción religiosa, el hermosísimo y enardecedor Himno Pastoreño que cantáis, los aplausos y gestos de asombro ante la apoteosis popular en la calle Divina Pastora, el santo orgullo con que lleváis la medalla de esta Corporación, vuestro interés por conocer, por saber, por ahondar más en esta historia pastoreña, que alguna vez pudo parecer lejana y hoy – ya habéis podido comprobarlo – es tan cierta y tan real como la vida misma. ¡Memorale capítulo el que acaba de escribirse.

También constituye para nosotros un motivo de satisfacción el saber que en cada bolsa de peregrino va incluida como recuerdo la Guía de las Hermandades de Gloria de Sevilla, la cual llevará hasta las regiones tropicales los más hermosos títulos marianos de esta ciudad, con sus correspondientes reseñas y foto: Salud, Alegría, Luz, Todos los Santos, Amparo, Pilar, Carmen, Rosario, Rocío, Auxiliadota, Pura y Limpia, etc. Aparte, claro está, de esa Divina Pastora, que ya no necesita de presentaciones.

En vuestra visita a la Capilla Real os hice ver que la iconografía de la Patrona de Sevilla, la Santísima Virgen de los Reyes, sedente y con el Hijo en el centro de su regazo, guarda una extraordinaria similitud con l estampa milagrosa de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, reflejando otra vez modos y sentires idénticos, a entrambos lados del Atlántico.

Estamos impacientes por conocer fotos de la Divina Pastora larense, primera coronada canónicamente en el Universo, luciendo los etéreos y delicados sombreros de encaje de oro, que para Ella y para su Divino Hijo, ha confeccionado expresamente uno d elos hermanos más artistas en la Hermandad Primitiva , Felie Arellar. En cuanto a los versos de Gabriel Solís, ya los conocéis: él os hizo levantar de vuestros asientos, para vivir otro momento de apoteosis.

Deseamos que esta embajada pastoreña de Venezuela sirva para que algunos recapaciten en el hecho de que, si fuera de España y de Sevilla se aprecia tanto lo que tenemos, por desgracia otros de aquí no lo saben calibrar con tanta dulzura y finura. Ni que decir tiene, a través de los modernos medios de comunicación seguiremos unidos, viviendo el día a día de nuestros respectivos sentimientos pastoreños.

Concluir diciendo que Barquisimeto, la ciudad de los bellos crepúsculos y Sevilla, la ciudad de los intensos amaneceres, son verdaderas hermanas espirituales. Cada vez que un sacerdote en la misa ofrece a los fieles la Sagrada Comunión con las palabreas rituales: “He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”, está renovando esa simbólica vinculación a través del Universal Pastorado de Cristo y María.

Porque si Sevilla ha sido CUNA de la devoción pastoreña, Barquisimeto es la CUMBRE de esa misma devoción.

Juan Martínez Alcalde (hermano de la Hermandad Primitiva de la Divina Pastora y Santa Marina)