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Provincia. Rosario de Aguas Santas por San Julián


 José Rodríguez Cano. El Ángel de Dios visitó a María para anunciarle  que sería la Madre del Señor, y conociendo que su prima Isabel estaba en estado, fue a visitarla para ponerse a su disposición. Que grandeza la de aquella niña cuando al presentarse humildemente ante su prima, esta la saluda con el Ave María.

Para enaltecer a Nuestra Señora la saludamos hasta 50 veces en el Rosario, pero ¿quién se cansa de decirle guapa a su madre?. La honramos con esta sencilla oración a través de la cual le pedimos gracias, o se las damos.

E invocamos también a la Madre de Dios con el nombre de Rosario, como así se llama la Virgen de la Parroquia de San Julián, con esa bendita imagen que aguanta sobre su cadera todo el peso de Dios llevando en su brazo al Niño Jesús que hace curvar su delicada figura y entablando conversación con todo aquel que la mira. Y en su paso, Ntra. Sra de Aguas Santas.

La ciudad de Sevilla siempre le profesó devoción a la Imagen de la Virgen de Aguas Santas y así lo demuestra las peticiones que el Arzobispo y el Cabildo Catedral, e incluso su hermandad sevillana o el Cabildo Municipal de la Ciudad, realizaban para que se la llevase hasta Sevilla, para paliar una sequía o para combatir alguna epidemia.

La Virgen era llevada a Sevilla desde su Convento-Ermita hasta Villaverde del Río y desde allí tomaba el camino de Alcalá del Río, atravesaba el Guadalquivir, pasaba por La Rinconada, a veces hacia parada en las parroquias de ambos pueblos, y su primer alto en Sevilla la hacía en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas, ofreciéndole sus primeros cultos la familia Enríquez de Ribera. Días después cruzaba el Arco de la Macarena y por la calle San Luís llegaba a la Parroquia de San Marcos donde también se le realizaban cultos, y posteriormente en la Colegial del Salvador.

 Al término recogían a la Imagen los dos Cabildos para entronizarla en el Altar Mayor de la Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla. Al terminar la novena, o varias de ellas, era devuelta a su lugar por el mismo camino por el que vino, ya que siempre había un acuerdo escrito del día que debía regresar porque en algunas ocasiones quisieron quedarse con la Virgen.

Esto ocurría en siglos pasados. Hay ya constancia de ello desde el siglo XVI.

Hoy en día Ntra. Sra. Santa Maria de Aguas Santas sigue paseándose por Sevilla, no su imagen verdadera, pero si una reproducción de medida exacta que Ntra. Sra. del Rosario de San Julián lleva en la delantera de su elegante paso.

Santa Maria del Rosario fue recorriendo las calles de su feligresía, exornada de las más lindas flores, rebosante de blancura. Y como si fuera una perla de su celestial, sagrado y venerable rosario lleva también a la Patrona de Villaverde del Río.

Que mejor que la Virgen del Rosario de San Julián lleve una perla de 11 centímetros que desde siempre se ha paseado por Sevilla.

Fotos: José Rodríguez Cano










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