Arte Sacro
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Muñoz Maestre pastoreó con el redil en los Campos de Lirios de la calle Amparo


 Arte Sacro. Con gran asistencia de público y representaciones de hermandades, tanto de gloria como penitenciales, la Hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina celebró el martes 29 de abril la IV Exaltación, prólogo de los cultos en honor de la Titular.

En esta ocasión fue el joven poeta y escritor Antonio Muñoz Maestre el encargado de recorrer literariamente los campos de Lirios de María, siendo prologado por el hermano pastoreño y director de este portal, Francisco Santiago, que se estrenaba en estas lides.

Antonio comenzó hablando de nuestro tesoro, allí donde había nuestro corazón, tesoro que el Buen Pastor tuvo en los campos y la naturaleza. Tomó la palabra una flor silvestre nacida en las afueras de Nazaret, Reina de tierras y campos, incluso de las aves del Cielo.

Continuó hablando de la Luz que nos protege y hace las veces de dobladillo del alma, como protectora, como espejo de nuestra historia con orígenes en San Gil y Santa Marina.

Como en todo rebaño, el lobo acudió en prosa, “homo homine lupus est” (el hombre es un lobo para el hombre), para continuar versando al mes de septiembre, donde cada devoto es un nuevo San Isidoro.

Como final, Nacimiento, muerte y tránsito; cuerpo apócrifo que al igual que la Hermandad fue pionera en la defensa del dogma asuncionista, también lo será en elevar la mirada a las alturas, poniendo el verso el punto y final a este ramillete de elogios magistralmente evocados por Muñoz Maestre:

Vuela a los cielos, Señora
y anúnciame a mi Señor
cuando se acerque mi hora
que Él siempre fue mi Pastor
y Tú serás mi Pastora.

¡¡¡Que así sea!!!

  

Fotos: Francisco Santiago y Víctor Padilla










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