Chamizo: "Amigo es un referente de otro concepto de Iglesia que tanta falta hace". Periodista Digital.

Cuenta Diario de Sevilla que el Defensor del Pueblo Andaluz, el sacerdote José Chamizo, afirmó ayer que el obispo de Córdoba, José Asenjo Pelegrina, que sustituirá al cardenal Carlos Amigo Vallejo como arzobispo de Sevilla, "está también en una dirección sensata y no fundamentalista para los tiempos que corren".

Chamizo indicó a Efe que Amigo "es un referente de otro concepto de Iglesia, que hace falta en estos momentos y en este país", aunque ha agregado que el nuevo arzobispo coadjutor, José Asenjo, "es de los considerados más serios" dentro de la Conferencia Episcopal.

"Me da cierta pena que se vaya" el cardenal Amigo, al que José Chamizo conoce desde hace muchos años, cuando ejercía de cura y él era obispo de Tánger, apuntó el Defensor del Pueblo Andaluz.

En cuanto a la polémica sobre la instalación de una mezquita en Sevilla, a la que se ha opuesto la asociación de vecinos de Los Bermejales, donde se pensó inicialmente ubicar, Chamizo señaló que "es posible que en este asunto haya un trasfondo religioso, pero creo que hay algo histórico en el inconsciente colectivo. El islam ha estado muchos siglos en este país y están llegando otras religiones y nadie dice nada".

Por otra parte, Chamizo explicó, al ser preguntado por la postura de la jerarquía eclesiástica respecto a la investigación con las células madre, que la Iglesia "tiene que replantearse esta cuestión y decir claramente que este tipo de investigaciones van a favor de los seres humanos y de su calidad de vida".

"Otra cosa es que la Iglesia entienda que debe haber unos límites, porque para eso están los comités éticos, que funcionan bastante bien, pero nunca oponerse a lo puede mejorar las condiciones de vida de muchos enfermos, como los diabéticos", argumentó el Defensor del Pueblo Andaluz.

Por todo ello, Chamizo sostiene que la Iglesia debe cambiar el discurso en esa dirección "para evitar que se agrande su distanciamiento con la sociedad" en esta época, que definió como de "dura indiferencia hacia la Iglesia". El Defensor del Pueblo lamenta esta situación porque, según asegura, "el mensaje de Jesucristo puede ayudar a la liberación real de la personas y aportar un sentido de la vida menos materialista".

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