No tengo palabras. Víctor García-Rayo
La felicidad debe ser algo muy parecido a lo que estoy viviendo desde el pasado martes por la noche. Las llamadas, los mensajes, vuestras palabras, estas visitas inesperadas con abrazos entre lágrimas que significan tantas cosas. En estos tres días he llorado tanto que me siento casi vacío. No tengo fuerzas, pero me queda ilusión para daros las GRACIAS.
Queridos amigos de la comunidad, después de nueve años al frente de un proyecto al que quiero desde lo más profundo de mi corazón, os tengo que decir que nada hubiera sido posible sin vosotros. Siento en el alma que el pasado martes os dejara esa incertidumbre, pero es la misma que tengo yo. Desconozco el futuro del programa. Todo hace indicar que desaparecerá muy pronto, porque seguramente en octubre seremos una televisión autonómica. "Semana Santa de Sevilla" tiene que decir adiós. Estoy pensando en otro proyecto, claro que sí, pero también es cierto que eso no garantiza que volvamos a vernos para hablar de cofradías, de Semana Santa, de ese sentir que llevamos tan dentro...
Podeís imaginar que todo el equipo está viviendo la chicotá más difícil. Pero están empujando como nunca. José Antonio está apretando los dientes y Esteban también mantiene las piernas derechas.
Y estamos pagados con el cariño que nos regaláis. Anoche me dijeron mis hijos que no querían verme triste, y el mayor me cogió la cara para asegurarme que "la pasión no acaba..." Tiene razón. Ahora toca agarrar esta cruz de no sentir vuestras miradas los martes por la noche. Pues venga de ahí. Aquí estamos como estuvimos siempre. ´
Me gustaría pediros un último favor. Aunque el programa de televisión diga adiós, esta página web seguriá siendo la referencia de la información cofrade. Yo la visitaré todos los días, porque es la mejor. Y aquí sabréis los primeros cual es el futuro de este equipo de "Semana Santa de Sevilla".
Ahora necesito descansar. Y seguir rezando por vosotros, por esos corazones tan grandes...No tiraré la toalla. Sólo quiero deciros que sois muy importantes en mi vida, que a muchos os conozco y os quiero, y que a todos os necesito. Gracias en el alma, no dudéis en pedirme lo que os pueda dar.
Que Dios os bendiga. Y si no volvemos a vernos, mirad siempre más arriba. Ahora apagaré un poco la luz, subiré el volumen y llenaré mis horas de incienso. Así os tendré más cerca.
Hasta siempre.
blog de Víctor García Rayo Luengo
Foto: Francisco Santiago