SMS / Tercer Tramo Gestos Y Gestas. Álvaro Pastor Torres.

La Semana Santa de Sevilla está llena de ambas cosas. Gestos: la insumisión de la Exaltación y la Soledad a los caprichos del arzobispo tuerto Folch y Cardona. O mucho más recientemente la clara y decidida apuesta en favor de la vida que han capitaneado las hermandades vecinas del Santo Entierro y El Silencio, a la que se han sumado, parece que con demasiada timidez y tibieza otras corporaciones.

A medio camino entre el gesto y la gesta podríamos incluir la publicación por parte de la hermandad de Santo Entierro –que se pronuncia al sevillano modo como Santientierro- de un libro muy documentado sobre su dilatada historia, obra de Pablo Alberto Mestre Navas. En un mundillo cofrade donde priman los alfileritos, los papelones de adobo con tinto y despelleje al próximo (en especial si gasta alzacuellos), y los besos sudorosos de los costaleros, tiene mérito que una corporación se embarque en la letra impresa –sin subvención que la ampare- y se juegue sus cuartos y sus leyendas, porque al tirar de archivo siempre le puede pasar como a aquel nuevo rico con ínfulas de nobleza que fue a desempolvar sus antepasados a golpe de talonario y se encontró de repente en su árbol genealógico con un condenado a muerte, dos esclavos y unas tías-bisabuelas putas, que ya es mala suerte. Gestas –no el mal ladrón, que también los ha habido en las hermandades, si bien con la cantinela de la caridad cristiana la mayoría se han ido de rositas y sin devolver una peseta o un euro-, gestas digo, también hay un puñado: la historia misma de la hermandad de los Negros –como le gusta llamarla a su historiador de cabecera, el profesor Isidoro Navarro- siempre nadando contracorriente desde el siglo XV. O la de la cofradía de la Estrella, que salió en 1932 por no boicotear a la república.

Pero la gesta de hoy hay que incluirla en el haber de la cofradía de la Exaltación, vulgo los caballos. Ya in illo tempore –y no hace tanto tampoco- era hazaña extraordinaria que ese paso que sólo llevó cuatro équidos en el subconsciente popular, y jamás en la realidad, saliera… y sobre todo entrara por su propio pie, bueno, por el de los costaleros pagados. Hoy es noticia la cofradía de Santa Catalina por la exposición que en Círculo Mercantil de Sierpes exhibe su patrimonio restaurado. Que una corporación de nómina corta haya podido hacer todo eso más que gesta entra directamente en la categoría de milagro. Enhorabuena.

Publicado en EL MUNDO de Andalucía, Edición Sevilla, el Domingo 7-III-2010