Sevilla con el Gran Poder. Manuel Enríquez Becerra
El pasado viernes Sevilla se echó a la calle para rendir pleitesía al Señor de Sevilla por su accidente acaecido por un hermano nuestro con su cabeza perturbada que solo Dios sabe porque ocurren estas cosas.
Cogí a mí madre que tengo inválida y allí me fui a escuchar la Santa Misa oficiada por el Señor Arzobispo y a ver a mi Señor del Gran Poder y besarle sus manos. Mi madre se emocionó bastante al ver la portentosa talla del Señor que como no pudo incorporar no pudo besarlo ya que tenía las manos muy altas y un hermano muy atento se acerco a mi madre y le dio el cordón de oro que lleva el Señor atado a la cintura. Mi madre le pidió por su pronta recuperación y el Señor agradecido le sonrío.
Un Señor de Sevilla que nunca nos abandona, pues todo lo que se le pide nos lo concede y estoy seguro que mi madre se restablecerá pronto, como Él se ha curado su brazo gracias al imaginero Luis Álvarez Duarte, lo rodeaban canastas de rosas y claveles rojos de las distintas hermandades de la ciudad que se solidarizaban con la; digamos pequeña enfermedad que ha sufrido la imagen del Señor por unos días y que ya se ha restablecido. En Sevilla no pueden ocurrir más estas cosas, como no ocurrirán. Que así sea.
Foto: Juan Alberto García Acevedo.