Presentado el nuevo altar para el Jesús Resucitado
En el acto de presentación participaron el hermano mayor de la corporación lasaliana, Miguel Ángel Pérez Fernández, el diseñador de la pieza, Ricardo Llamas León, así como el artista encargado de su ejecución, Antonio Urbano Albalá, natural de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera.
El hermano mayor agradeció a toda la hermandad el esfuerzo conjunto para realizar “un anhelo de más de 25 años”, concretamente desde que la corporación obtuviera la cesión de la iglesia de Santa Marina. En su intervención, Miguel Ángel Pérez, indicó que la configuración de la pieza responde al interés de la junta de gobierno de “no tapar el hermoso ábside del templo”, por lo que a priori se descartaron otras ideas como un retablo o un baldaquino.
Finalmente, la hermandad optó por una pieza “distinta” que está pensado “por y para la imagen de Jesús Resucitado”.
En este sentido, el diseñador de la pieza, Ricardo Llamas, aclaró que “lo importante era recoger la ascensión de la imagen” según el diseño original de Francisco Buiza. Por ello “no podíamos llevarlo a un retablo que limitara su importancia, que no es otra que su propia elevación”.
La pieza está formada por tres escalinatas y rematada por tres torres octogonales. Cuenta también con una decoración sencilla, barroca, que acompañan el estilo de la talla de Jesús Resucitado.
Antonio Urbano, artífice de la obra, explicó los pormenores de la realización de la pieza. Internamente, el altar está realizado en madera de pino, recubierto por madera de cedro. Para la ejecución de su última fase, la correspondiente al dorado de la pieza, “se han utilizado 8.500 hojas de pan de oro”, reveló el artista cordobés. Con un acabado en oro, brillo y mate, el altar se completa por su parte trasera y lateral con la aplicación de un estuco veneciano rojo.
El hermano mayor destacó que el altar incluye también en su frontal la posibilidad de alternar distintos paños, adaptados al color del tiempo litúrgico, en clara referencia a los altares de épocas pasadas. De igual modo, la pieza incluye también un manifestador en el que se ubica una reliquia del Santo Sepulcro, donada por los Custodios de Tierra Santa, y que forma parte del cortejo de la hermandad en su estación de penitencia del Domingo de Resurrección.