La cucaña mantiene la tradición en la Velá de Santa Ana
Los jóvenes trianeros desafiaron, como mandan los cánones, el engrasado palo marinero y guardando el equilibrio, para lograr arrancar la bandera juvenil, con el premio de un jamón de una firma conocida.
Para este concurso se atraca una barcaza del río Guadalquivir a la que se le instala en la proa de este, un poste horizontal de pocos metros a la que se le añade grasa o material deslizante, para que muchos jóvenes recojan, el trofeo, que es un banderín que se encuentra al final del mástil, sea un alarde de acrobacia para finalmente caer al río y llevarse el concursante un remojón.
Fotos: Antonio Rendón.