Munarco, diez años del reflejo de una decadencia. El confidencial cofradiero.

Este año se cumplen diez del invento cateto de Munarco, el reflejo más hondo de la decandencia en la que se encuentra sumido el mundo de las cofradías, una muestra más de ese legado de desechos, excesos y saturaciones en todos los sentidos que nos ha dejado el fenómeno de la masificación de la pre-Expo y la pos-Expo. Munarco trae este año pasos al centro, se mete de lleno en la Catedral y ha estado a punto de concentrar pasos de Valladolid, Murcia y Málaga (tronos en este último caso). Munarco ya ha recibido el rechazo expreso de hermandades sevillanas a dejar sus pasos. A Dios gracias, algunos comienzan a entrar en razón. Munarco es a la Semana Santa de Sevilla lo que las tortillas de patatas en una playa de aguas cristalinas. El contraste con Munarco es el concierto que hoy ofrece la Banda Municipal de Sevilla en el Teatro de la Maestranza con la interpretación de partituras originales, todo un oasis en el desierto de la decadencia, toda una luz al final del túnel, toda una esperanza para quienes aguardan tiempos mejores.

 

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