Crónicas desde la Campana. Madrugada. Daniel García Acevedo

La lluvia frustro el final de una esplendida y fría Madrugá.

La Cruz de Guía del Silencio se presentó a las 01,13 horas, pidiéndose la venia, como es costumbre, por escrito. Desde un balcón de la Confitería la Campana se le cantó una saeta a la Cruz de Guía. El Señor pasó con su habitual andar rápido. Le cantaron una saeta. El paso iba exornado por lirios morados. La Virgen de la Concepción pasó con un buen andar por parte de sus costaleros. Es tradicional que lleve en el paso la flor del Azahar.

Seguidamente, la hermandad del Gran Poder, llegaba a las 1,57 horas. No se puede comentar con palabras la magnificencia de la talla y su caminar por las calles de Sevilla. Hasta tres saetas le cantaron al Señor, por lo que tuvo que ser parado dos veces tras la obligatoria en el palquillo. Claveles rojos para este paso. La Virgen del Mayor Dolor y Traspaso pasó con su habitual andar rápido, en dos chicotás. Se le cantó una saeta. Claveles blancos para el exorno floral de este paso.

A las 3,05 horas pedía la venia la hermandad de la Macarena. Los nazarenos del cortejo del paso de Cristo pasaron de 3 en 3. La levantá se dio por Luis León, capataz fundador de la cuadrilla de hermanos costaleros de la hermandad y que estaba presente en el palquillo. El Señor de la Sentencia llegó con la marcha “Amor de Madre” y tras la levantá discurrió con otras dos marchas más interpretadas por la banda de la Centuria y con su característico andar. El Señor llevó la túnica regionalista de Rodríguez Ojeda. Claveles rojos como exorno floral. Primeros aplausos en Campana para el paso atrás que hizo antes de despedirse entrando totalmente en Sierpes. El cortejo del paso de palio también pasó de 3 en 3. La Virgen de la Esperanza, que llevó el manto de tisú y la saya blanca de Charo Bernardino, pasó con un andar muy fino a los sones de las marchas “Pasa la Macarena”, “Coronación de la Macarena” y “Estrella Sublime” en la entrada en Sierpes, a cargo de la banda de música del Carmen de Salteras. El paso iba exornado por claveles blancos.

El diputado de Cruz del Calvario pidió la venia a las 4,48 horas. El Cristo del Calvario pasó a un andar rápido, en dos chicotás. Llevaba lirios morados y claveles rojos en las jarras del paso. La Virgen de la Presentación llevaba claveles blancos. Pasó en dos chicotas, con un andar rápido por parte de los costaleros. El manto es una verdadera joya de nuestra Semana Santa.

A las 5,16 comenzó a pasar la hermandad de la Esperanza de Triana. Trajo a los nazarenos de ambos pasos de 3 en 3. El Cristo de las Tres Caídas discurrió por Campana con las marchas “La Pasión” y “Toques de Oración” en memoria de los fallecidos de la hermandad recientemente, interpretadas por su banda, que lucían el uniforme blanco de gala. Tras la levantá en el palquillo se tocaron otras dos marchas más. Los costaleros, con su habitual andar combinando pasos largos, izquierdos por delante y pasos atrás, arrancaron los aplausos entre los abonados. El Señor de las Tres Caídas procesionó tras la restauración llevada a cabo por Pedro Manzano. El paso llevó como exorno flores rojas. La Virgen de la Esperanza discurrió con las marchas “Soleá dame la mano”, “Reina de Triana”, “Triana de Esperanza” y “Siempre la Esperanza” a cargo de la banda de música Santa Ana de Dos Hermanas. Los costaleros hicieron un gran trabajo con la Señora y la llevaron con un andar muy fino, metiéndoles en la entrada a Sierpes un paso atrás y una arrancada a la música, que arrancó los aplausos de los abonados. Antes de llegar el paso de palio cayó la primera lluvia que, si bien era débil, también era continua, pero cesó en poco tiempo.

La Cruz de Guía de los Gitanos empezó a pasar a las 6,44 horas. Los nazarenos pasaron de 3 en 3. Todo iba perfecto con el paso del Señor de la Salud, con su andar característico, sobre los pies y lento, con las marchas tocadas por la agrupación de la hermandad, hasta que la llovizna se hizo un poco más intensa y cuando el paso comenzaba el giro a Sierpes, se decidío suspender la estación de penitencia y refugiarse en la Anunciación por lo que los tramos más cercanos al paso y el cuerpo de acólitos antecedieron al paso del Señor, que lo hizo con marchas. La Virgen de las Angustias llegaba unos minutos después, también continuando de frente por la calle central para continuar hasta la calle Laraña. Con este triste suceso finalizaba una jornada de Madrugada que se desarrolló esplendorosa aunque con mucho frio. 

Fotos: José Luis Martínez.