Arte Sacro
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“El Señor, que nunca se va de vacaciones”. Mariano López Montes


En esta Sevilla de calles vacías y atemperadas por esa vieja amiga que no es otra que “La calor” de todos los años, con esas calles yertas, recreadas de los fantasmas imaginarios en la memoria y el sentimiento de los que ya se fueron para siempre, desposeída en esta canícula agosteña de sus parroquianos de siempre, cofrades y no cofrades, que han huido al refugio playero de todos los años, y que en improvisadas y a veces consensuadas tertulias sacro-cofrades, a la sombra de aquel chiringuito de siempre y acariciados por la brisa marinera siguen recreando un año más esa idealizada primavera de lunas de parasceve, comentando y a la vez inventando idílicos recorridos, que según estos improvisados gestores terminaran con el problema de una vez por todas, o confabulándose con las musas del poniente o del levante, para crear los mil y un ripios, que los mas rapsodas ofrecerán a sus sufridos seguidores en los mil y un pregones que ya se han planificado para esta Cuaresma.

Y entre todos los sevillanos, Uno, que aunque nació en Judea siempre será El Señor más sevillano de todos, este que desde ya casi cuatrocientos años habita en su barrio de San Lorenzo, que vivió en su parroquia y ahora reside en la Basílica que lleva su nombre y que tiene gran parecido en su arquitectura a ese otro Panteón de Agripa que aun se levanta en Roma y que construyera Adriano para rendir culto a aquellos dioses de la Mitología Romana y principalmente a Marte (Dios de la guerra, la virilidad, la violencia y la pasión) y a Venus (Diosa del amor, la belleza y la fertilidad). En este otro templo que es su casa y que sus hermanos y devotos le construyeron allá por mediados de los sesenta (1965) vive continuamente el único Dios que se ofrece continuamente con la cercanía del hombre y que es capaz de hablarte y a la vez escucharte de cara a cara con el único amor de la fe, el amor, la bondad y el sentimiento que cada uno le manifiesta. Dios recibe, habla y escucha en Sevilla a través de la imagen de Jesus del Gran Poder, sobre todo si vemos y escuchamos con el idioma que se sustenta en el corazón, más que con el que emana el propio raciocinio.

Esta cercanía en la comunicación y el trato con la Imagen Sagrada es lo que desde La Antropología se denomina “antropocentrismo” y que impregna de contenidos la Religiosidad Popular Andaluza.

Pues sí, este Señor divino pero a la vez humano, recibe a diario sin tomarse vacaciones anuales reglamentarias, días graciables o de libre disposición, antigüedad etc., jamás está muy ocupado, reunido o no se puede poner, como tan comúnmente te comunica la secretaria/o de turno. No tiene turnos anti estrés ni horarios de verano y no se toma jamás periodo de ILT, porque al parecer y pese a su dilatada existencia tiene una salud y fortaleza de hierro, jamás se oculta o hace “mutis por el foro” como tanto se estila en la actualidad, pues su visión es desde todos los puntos, incluso desde el propio exterior sobre todo cuando aquel portalón que da acceso a su morada esta de par en par.

Este Señor tan popular, conocido y querido como propio por todos los sevillanos y algunos foráneos que saben y sienten lo que esta Imagen significa, jamás ha necesitado publicitarse con promociones, rebajas, días de oro o de otro valioso metal para darse a conocer, porque la única campaña de eso tan necesario para el éxito que en la actualidad llamamos “marketing “, es algo tan sencillo como esa identificación con El, está compuesta por los ingredientes de la fe, el sentimiento, el amor , la confianza, la cercanía, etc. Que juntos o por separado cristalizarían en “Esa Devoción” siempre viva que la mayoría de los que se acercan a El le profesan, sean hermanos, devotos, o bien lo que algunos cursis denominan “tibios” en su relación con la practica desde la más pura ortodoxia.

Cualquier día incluido en el tórrido Agosto, el Señor nunca estará solo, porque El nunca te deja y siempre te gana con esa mirada mitad misericordia y mitad poder en su expresión divina, pero a la vez desde una realidad humana que es capaz de contestar y a la vez responder a todo aquel que día tras día se le acerca para expresarle sus penas, problemas, alegrías y peticiones, sin distinción de nivel social, económico cultural o ideológico, ya que este Señor siempre tiene la respuesta adecuada al amplio abanico de necesidades, dudas, y pasiones que conlleva nuestra condición humana.

En este Septiembre ya próximo a un Otoño de hojas caídas en su Plaza de San Lorenzo, Jesus del Gran Poder o simplemente “El Señor” seguirá recibiendo y cargando con esa cruz hecha sobre todo de nuestras necesidades y limitaciones humanas, y cuando entremos de nuevo en su Basílica con el bronce en nuestra piel recién traído de aquellos litorales veraniegos, seguirá ahí donde siempre ha estado con ese color, algo cetrino y amoratado, sus ojos bien abiertos, su boca entreabierta para nunca dejar de hablarnos , sus oídos prestos siempre a escucharnos y esa espina que traspasa su ceja y que simboliza que todos los dolores de nuestros sufrimientos y limitaciones humanas, siempre son parte de El .

Su actitud de fortaleza frente al pesado madero hecho de nuestras debilidades, seguirá presente como viene sucediendo desde hace casi cuatro siglos, y dentro de un año con esa portentosa zancada del Señor de esta su Sevilla, marchara como aquellos antiguos y humildes emigrantes de hace décadas, a otros barrios distantes del suyo, porque allí siempre va a ver gente que lo necesite.

 

 

 

Dedicado a los que desde siempre te han ido a ver y muy especialmente a los amigos Miguel, Manolo y Lolo que tienen la inmensa suerte y el honor de cuidar tu casa……..










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