«Aquel Anuncio Maravilloso de 1945» Mariano López Montes

Mariano López Montes. En este confinamiento obligatorio que estamos viviendo, y ante el aburrimiento y tedio que me han manifestado amigos y conocidos al no adaptarse a esa clausura domiciliaria impuesta, incluso a poner en duda, por parte de los más hastiados con la situación, ese dicho popular que tanto recordamos cuando no paramos y no tenemos tiempo para nada  de “Como en casa en ningún sitio”.

He tenido la inmensa suerte durante estos periodos de inactividad de buscarme una actividad distinta, quizás menos dinámica y aventurera que otras, pero no menos atractiva por lo menos para  mí.

He tenido la suerte de que dos amigos que conocen mis aficiones y tendencias, me hayan dejado o proporcionado parte de su material de archivo sobre todo Revistas y Programas antiguos que son de su propiedad, para que en estos ratos libres los estudie y escanee las partes que más me interesan.

Esta oportunidad o pasaje en papel para viajar a un pasado que existió pero que evidentemente pocos conocimos o recordamos.

La información que recogen las Revistas que durante un periodo de años se editaban en Sevilla sobre el mundo de las hermandades y cofradías es fundamental para un acercamiento a ellas, en un tiempo donde las nuevas tecnologías de la información como ocurre ahora, no te facilitaban los datos a cualquier tiempo y lugar.

Por otra parte pienso que las hermandades y cofradías como asociaciones humanas son fruto del pensamiento ideología y creencias de un tiempo determinado y al leer o entre leer estas valiosas publicaciones podemos conocer de primera mano las opiniones, expectativas, aspectos religiosos y como no, sociales de los cofrades de estas épocas y de la propia sociedad en que les tocó vivir, y lo que se escribió, editó y se fotografió en la época, ahí se ha quedado para siempre.

Buenas muestras de estas publicaciones son Las Revistas: Calvario (1941-1956), Amor, Macarena, Amargura, Vía Crucis, Exaltación, etc. En todas ellas además de un precio establecido, que no era nada popular para la época, se subvencionaba como ocurre en la actualidad con una publicidad de anunciantes que no solo provenían de los talleres y artesanos de la época, sino de grandes empresas, muchas de ellas con anuncios grandiosos y llenos de imaginación y colorido de bodegas de Jerez, Navieras, empresas municipales, bancos, etc.

Entre todos estos anuncios uno de ellos me dejo impactado por su conjunción de anuncio de un licor de la época llamado Calisay, con motivos cofrades y de la propia ciudad como ese nazareno de ruan que porta el farol, la mujer en el otro extremo con mantilla, de cara inexpresiva y como respondería a los cánones femeninos de la época, la imagen de esa ciudad con esa Catedral y Giralda difuminadas  al fondo, y esa Espadaña que corta la noche que por su estructura pudiera corresponder a Santa María La Blanca o al Convento de la Encarnación.

Pero lo más importante es el márquetin, como correspondería a un buen anuncio publicitario, la botella de aquel licor de hierbas que se usaba como aperitivo en primer plano y sobre todo la frase que define y limita la visión de una época: «Las Fiestas de Semana Santa en Sevilla son conocidas y admiradas mundialmente como el genuino exponente de la catolicidad de una raza. También el gran LICOR CALISAY de prestigio centenario se consume tradicionalmente en toda España, acreditando una marca selecta y aumentando su ya legitima fama».

Estas ilustraciones del Anuncio y El Sumario, para que los lectores puedan comprobar el contenido de la publicación, corresponden a La Revista Calvario del año 1945.

  ….. Dedicado en agradecimiento y amistad a D. Fernando de Artacho y Perez  Blázquez y a D. Rafael López-Campos Bodineau……..

Archivo gráfico de Mariano López Montes