Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • martes, 14 de mayo de 2024
  • faltan 334 días para el Domingo de Ramos

La Dalmática: MUNARCO. Leandre de la Prada. La Razón


Cuanto más viejo se hace uno, menos alcanza a comprender las cosas que pasan a su alrededor. Debería ser al revés, por eso que dicen de que la experiencia es la madre de la ciencia, pero nada. Sí, yo lo reconozco, no me entero, aunque no estoy sólo en este anonadamiento, pues la noticia que me ha puesto los ojos como platos ha dejado boquiabierta a la mayoría de los cofrades de Sevilla; menos mal. 

Recapitulando: pasos llegados de distintas partes de España con sus imágenes titulares, y, vámonos que nos vamos, se monta una señora procesión, pasional y foránea, en pleno mes de febrero y por la Carrera Oficial, ahí es nada.

A estas alturas no sorprende que a alguna mente brillante le dé por parir ideas estrafalarias, no. Lo sorprendente, me permitirán que lo diga, es lo del Ayuntamiento. Un Ayuntamiento que hace apenas un año ponía el grito en el cielo porque había «demasiadas» procesiones en Sevilla y que pretendía erigirse en controlador del nivel de calidad de los cortejos, llegando a amenazar con restringir algunas de esas hispalenses manifestaciones de fe pública, se mete ahora a organizar -y aquí no valen excusas crespianas que el Ayuntamiento sí que algo tiene que decir- un magno cóctel callejero de pasos fuera de fecha y con ingredientes extraños a la ciudad. Es tan obvio lo ridículo de la ocurrencia, tan manifiesta la frivolización de las cosas sagradas que no hablaré de ello. Ya lo han hecho muchos y bien estos días. Pero lo del señor Crespo es de sainete. ¿A cuento de qué este laico Ayuntamiento se mete en un berenjenal de este calibre? ¿No le resultaba molesto «tanto santo» arriba y abajo durante todo el año? ¿Cómo es posible que lo que molestaba hasta ayer, hoy ya no estorbe?

Pensándolo bien, quizás la clave esté precisamente en eso que he mencionado de pasada. Igual el frivolizar con lo sagrado, convertirlo en un mero espectáculo cultural, sea rentable ideológicamente para el laicismo de babucha, batín y mesa de camilla que nos toca sufrir en esta malograda ciudad. Quizás hacer monerías simpaticotas con pasitos traídos de otros lares obedezca a tina estrategia para desarraigar las cofradías de su esencia religiosa. Y, quizás, me temo, esto sea suponerle una capacidad conspiratoria digna de la inteligencia de un Maquiavelo a quien no da muestras de poseerla en absoluto. Por eso no entiendo nada. Sólo el señor Crespo sabrá por qué lo de Munarco de este año. Que me aspen si me entero.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.