Opinión. SPES NOSTRA. Juan José Morillas.
En la sociedad actual avanza una consideración laicista, agnóstica y atea de la vida del ser humano, alejándose de los valores transmitidos por generaciones. Dentro de esa forma de entender la existencia humana, como don de la divinidad, que durante siglos ha cobijado el pensamiento del hombre, está la virtud de la Esperanza, sin la cual es más compleja la comprensión de la trascendencia del alma y la confianza en una eternidad compartida con el Dios al que aprendimos a amar desde niños.
Es a la Iglesia a la que corresponde la propagación de este valor de la Esperanza y hemos de ser los católicos los que proclamemos su pervivencia, la actualidad de su inmaterial existencia, labor obligada de cuantos están con ella comprometidos, pues demasiadas veces se confiesan valores de fe sin testimonio diario. Los tiempos nos exigen, como respuesta a los que renuncian a Dios, a cuantos no lo necesitan, pruebas de nuestra vinculación al seno eclesial. Éstas pueden proceder de la participación en cualquiera de los grupos adscritos a la iglesia local, o del trabajo ejemplarizante de cada uno, de la integridad familiar o en la convivencia con los amigos.
En este sentido nace la Asociación Spes nostra, fundada por cristianos que comparten veneración a la advocación de la Esperanza, especialmente en su título de Macarena, con el ánimo de defender y difundir las líneas de la Iglesia católica, desde la perspectiva de cofrades independientes y como suma a cuantas iniciativas se llevan a cabo especialmente en la diócesis de Sevilla.
Desde la Asociación se hará una llamada a la participación a cuantos se sientan interesados en asistir a sus actos, aportando incluso sus válidos conocimientos y experiencias, a enriquecerse con la enseñanza de los demás y adherirse a ese grupo de cofrades, mensajeros de la Esperanza.
Nota: Publicado en El Correo de Andalucía el pasado sábado, día 13.
Mini diálogos de Cuaresma relacionado: www.artesacro.org/Noticia.asp?idreg=57591