Provincia. Jueves Santo en Pilas (I)
En esta visita a los titulares ya dispuestos en sus pasos procesionales, a parte de los tradicionales recuerdos cofrades de la coporación, estuvieron a la venta las tradicionales Calabacitas endulzadas del Niño Dios, que vestido con la túnica nazarena de la cofradía, presidió la mesa de ventas de estas calabazas troceadas y endulzadas dispuestas en tarrinas, tradición de la que se desconoce su origen pero que forma parte de las esencia cofrade de nuestra Semana Santa de Pilas.
A las ocho en punto de la tarde, el muñidor con el tradicional toque seco del campanil, daba paso al inicio del cortejo encabezado por la cruz de guía de la coporación y por el cuerpo de nazarenos, que un año más fue el más nutrido de cuantas cofradías procesionan en nuestra población, notándose a diferencia de otros años una cierta parsimonia en el transcurrir del cortejo no ya solo a la salida.
Llamó poderosamente la atención el estreno principal de esta Hermandad en el presente año, como fue el acabo en caoba del paso del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, conjunto espléndido el que está resultando este paso de Cristo de la Hermandad de Belén, y que a falta de tres cartelas en la canastilla, unas cabezas de querubines en los respiraderos y unos guardabrisas en orfebrería para la mesa del paso, está por ser concluída su finalización.
Su tradicional monte de claveles rojos, un andar magnífico de su cuadrilla de costaleros, como novedad cera color tiniebla sustituyéndose la cera color verde de años anteriores y característica de las Hermandades de la Vera Cruz.
La nota musical corrió a cargo de la banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Sangre, perteneciente a la Hermandad de San Benito de Sevilla, que acompañó por segundo año consecutivo al Santísimo Cristo de la Vera Cruz, destacando como curiosidad que nuestra imagen es del mismo autor que la imagen titular del Cristo de la Sangre de Sevilla, ambos de Francisco Buiza Fernández en Carmona, aunque con una diferencia de diez años, siendo el de Sevilla de 1962 y el de Pilas de 1972.
La portentosa imagen de nuestro crucificado vino a sustituir a inicios de los setenta a la antigua imagen del Crucificado de la Hermandad, que se consolida como una de las de más devoción de nuestro pueblo, ya no sólo por su impresionante factura y calidad artística, sino por la expresión que el escultor supo impregnarle y que llega de sobremanera al alma de cada devoto y espectador que contemple la imagen.
Cristo de la Vera Cruz, Cristo de la Buena Muerte, Cristo del Amor que por Amor se nos muere en la tarde-noche del Jueves Santo en Pilas.
Texto: Víctor M. Mudarra Fuentes.
Fotografías: Rosario Moreno Quintero y Rafa Romero Rodríguez.
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