4 de diciembre: Segundo Domingo de Adviento.

Arte Sacro. En este segundo domingo de Adviento se hace hincapié en el aspecto más importante de las enseñanzas evangélicas: la misericordia. Los primero es transmitir consuelo y medicina, dar buena noticia a los pobres, liberar a los oprimidos, volcar sobre todos el amor misericordioso de Dios. La Iglesia tiene que continuar esta misión de Jesús, por encima de todo. La catequesis. la enseñanza y el culto, deben tener el sello y el dinamismo de la misericordia.

Una mirada  a la realidad 

No hace falta tener demasiado ojo clínico para detectar los síntomas de un mal profundo y progresivo. Nuestra realidad responde a las apariencias, que hay mucho de apariencia y vaciedad, nuestra felicidad es sólo pasajera y ficticia, la gente vive nerviosa, insatisfecha, preocupada. La gente critica, se queja, exige, se manifiesta, protesta, se cansa, se harta, se amarga, se aliena y enferma. Algo pasa, algo huele a podrido en esta sociedad perfumada. Debe ser un mal de fondo, una dirección equivocada, una falta de sentido y de valores, una crisis existencia, pero sobre todo una falta de misericordia.

¿Qué nos dice la palabra de Dios?

Is 40, 1-5. 9-11:

Ahora sólo queda preparar el camino del Señor. Hay que superar todas las dificultades, vencer montañas, levantar los baches, convertir el desierto en camino real, tirar la alambradas que separan unas personas de otras por el hecho de vivir en entro continente. Y ésta es también hoy nuestra tarea. Pero, por encima de todo seguir proclamando: "Aquí está vuestro Dios": en medio de este nuevo tipo de destierro.

2ª Pe. 3,8-14.

Ahora el pueblo no se hallaba desterrado, sino desencantado e impaciente. Esperaban para ya mismo la segunda venida del Señor. Este Pedro volverá a hablarle de paciencia, de esperanza y de vigilancia.

Mc. 1,1-8.

Comienza el Evangelio, la Buena Noticia : que Jesucristo es Hijo de Dios. Buena Noticia: que todo huele a primavera. Buena Noticia: que todo va a cambiar, Buena Noticia: el agua se llenará de Espíritu. Juan fue un buen mensajero y Marcos un buen evangelista. Pero Jesús era el evangelio de Dios. Jesús, nuestra Buena-Noticia, nuestra Buena Noticia definitiva y para siempre.

Para nuestra vida

¿Cuáles son los principales problemas y sufrimientos de la humanidad? ¿Y de tu ambiente (familia, trabajo, estudio, barrio…)? ¿Qué luz y consuelo puede aportar hoy la Iglesia ? ¿Qué Puedes aportar tu? ¿y tu comunidad y/o grupo?

Un rato de Oración

Dio mío, Tú eres todo ternura para mí.
Te lo pido por tu Hijo bien amado:
concédeme dejarme llenar de tu misericordia
y amar todo lo que Tú me inspira
concédeme compartir con los que están en la aflicción
y socorrer o los que están en necesidad.
concédeme aliviar a los desgraciados,
ofrecer asilo a los que carecen de él,
consolar a los afligidos, animar a los oprimidos.
concédeme devolverla alegría o los pobres,
ser el apoyo de los que lloran,
perdonar sus deudas aquel que conmigo lo haya contraído.
concédeme perdonara quien me haya ofendido,
amar o los que me odien, devolver siempre bien por mal,
no sentir desprecio por nadie y honrar a todos los hombres.
Concédeme imitar a los buenos,
renunciar a la frecuentación de los malos,
practicar las virtudes y evitar los vicios.
concédeme, Señor, paciencia cuando todo va mal
y moderación cuando todo va bien.
Concédeme saber dominar mi lengua y poner,
si hace falta, un guardián en mi boca
En fin, Dios mío, concédeme despreciar
las cosas que pasan
y la sed de los buenos eternos.

Piensa en esta semana

“El ejercito de la misericordia es lo que pone a la Iglesia fuera de sí misma y en un lugar bien preciso: allí donde acaece el sufrimiento humano, allí donde se escucha los clamores de los humanos” (Jon Sobrino)

Adviento y Navidad 2005. Material de Reflexión y Oración
Delegación Diocesana de Pastoral de Jóvenes
Arzobispado de Sevilla.