Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • lunes, 6 de mayo de 2024
  • faltan 342 días para el Domingo de Ramos

La Cruz, eje principal del Pregón de la Semana Santa de Francisco Berjano


Daniel García Acevedo. El pregón de la Semana Santa 2014, pronunciado por Francisco Berjano, ha sido una catequesis de formación cristiana dirigida a los cofrades, con partes muy emotivas y narración de vivencias cofrades. Quico Berjano ya lo anunció desde el mismo día en que lo designaron, y en eso no ha faltado a su palabra. En el primer pregón de su vida, se puede decir que lo ha salvado con brillantez, dentro de la temática que sabíamos que iba a tratar.

Comenzó el pregonero con un párrafo dedicado a su hermandad de la Paz , con estas palabras:

“Hoy es Domingo de Pasión, hoy es Domingo de pregón en Sevilla y de aquí en siete días, a esta misma hora, habrá por las calles de mi barrio nazarenos blancos, nazarenos blancos del Porvenir”.

El pregón estuvo centrado en la Cruz , como bastión de nuestra Fe. Berjano quiso tratar de adentrarse en la manera de vivir del cofrade como cristiano, pero siempre dentro de nuestras hermandades y cofradías.

Se inventó una nueva palabra “Cirinear” que definió como “Tomar con amor  tu cruz y la del prójimo y caminar…”

Especialmente emotivo fue el capitulo dedicado al Gran Poder, donde recordó a personas con dificultades físicas, como su propia esposa que estaba siguiendo el pregón con un texto escrito al no tener audición o del costaleros invidente de la hermandad de la Paz y, preguntándose, como estas personas pueden olvidar sus problemas, esta fue la respuesta que Quico Berjano encontraba: “Seguro que cada uno de vosotros le ponéis nombre y cara a personas que, como éstas que he contado, viven su gran problema, viven su cruz, pendientes del prójimo.

Y me pregunto: ¿Qué es lo que hay detrás de todas ellas? ¿Quién hace que se olviden de sus problemas, de sí mismas, para estar siempre atentas al que a su lado está? ¿Quién consigue que, a pesar de sus carencias físicas, la luz siempre les resplandezca? ¿Quién carga con su cruz? ¿Quién es capaz de sustentar su ánimo? ¿En Quien confían? ¿En Quién se apoyan? ¿Quién hace que los sordos oigan y los ciegos vean?

Sin duda alguna el que todo lo puede, NUESTRO PADRE JESÚS DEL GRAN PODER. En su nombre tres personas distintas y un solo Dios verdadero; no puede ser otro. Porque Él es algo más que la maravilla de un rostro, la dulzura de una mirada que llega directamente al alma, la perfección de un paso barroco, el paso por antonomasia desde el que derrama sus bendiciones – ¡el paso! – modelo de otros, ni es el bamboleo de una túnica bordada o no, el racheo más o menos alargado de sus costaleros, el fervor de las manos que labraron la madera de Su Cruz, las colas infinitas buscando el consuelo, ni siquiera un talón gastado, comido por besos de devoción, de anhelos, cariño y agradecimientos, besos de amor, EL SEÑOR es eso y más.

Es el abrazo del Padre que en busca del hijo pródigo sale al encuentro; es alivio, amparo, cobijo, abrigo y protección, compañía para el que está solo; es el buen consejo, calma de nuestras preocupaciones y desvelos, bálsamo de nuestras heridas, zancada adelante que nos da arrestos; clemencia, comprensión y perdón para nuestros defectos, conversión para el incrédulo, concordia en los enfrentamientos, manantial de gracias y recompensas, Epifanía constante en San Lorenzo, sentimiento de nuestros ancestros, ilusión frente al desencanto, esperanza para quien aguarda. Ante las dificultades serenidad y sosiego, es mano que te acaricia, “tranquilo Kiko que todo tiene arreglo, cuéntame que yo te escucho y yo te cuento”; y es que el GRAN PODER es el todo y es de todos y estar junto a Él es sentirse en el cielo”.

Nos recordó que no deberíamos caer en la frivolidad cuando estamos cerca de nuestros titulares. Se acordó de la crudeza de la película de Mel Gibson “ La Pasión ” y con mucha gracia comentó que: “esta película se la ponía yo a los cofrades” (entre los que me incluía) para que viviendo tan crudamente, ni más, ni menos que la realidad, pues así debió ser como ocurrió, tomásemos conciencia de qué tenemos entre nuestras manos, qué suponen los misterios que veneramos, qué mérito tuvo lo que hizo un Hombre-Dios, El Hombre-Dios, VARÓN DE DOLORES, en hacer lo que hizo…por ti y por mí”.

Contó una anécdota sucedida en la Hermandad de la Vera-Cruz que viene a colación de lo anterior y que trascribimos: “Recuerdo que con ocasión de la celebración del último Triduo a la VIRGEN DE LAS TRISTEZAS, durante el cual Ésta ocuparía el altar mayor, tuvimos que bajar al Cristo desde Su camarín para colocarlo en otro lugar, en otro altar. Hicimos el traslado con el respeto debido, con el cuidado de siempre. Yo tenía cogida la cruz a la altura de los pies de la Imagen y, la verdad, iba pendiente, más que de otra cosa, de cuestiones de seguridad e intendencia; ya sabéis: ponedlo más derecho, bajadlo más de delante, cuidado con ese banco, dónde están los almohadones para apoyarlo…. A mi izquierda sujetaba al Cristo otro hermano. Hubo un momento en que me pareció oírlo sollozar, lo miré y estaba llorando, llorando como al que a su padre muerto lleva entre sus manos. Es un hermano que ha sufrido serios reveses en su vida y todos los ha ido superando…, los va superando; me consta que mucho tiene que ver en ello la fe ciega que tiene depositada en el SANTÍSIMO CRISTO DE LA VERA +CRUZ; en Él confía. La frialdad, el automatismo con que yo participaba en el traslado de la sagrada Imagen, contrastaba con el cariño, con el mimo, con el agradecimiento con que él lo hacía.

A eso me refiero cuando hablo de acostumbrarnos a la cercanía de nuestras Imágenes Sagradas, esa es la diferencia en su trato; este hermano, además de respeto y cuidado, que era lo que yo tenía, puso devoción, puso todo su amor; de éste sí se puede decir que como la Hemorroisa Lo trató”.

Tuvieron parte importante en el pregón la eucaristía, donde habló de la capilla de San Onofre y de la adoración que se realiza allí al Santísimo Sacramento, invitándonos a asistir “pero hacedlo sin ataduras, no por el qué dirán si no lo hicierais, ni siquiera por acompañarlo, que Él no necesita compaña ajena, qué os lo repito, Él no está solo, que Él

no se siente solo, que la soledad es cosa de hombres y no es más que la ausencia de Su compañía serena”, de los cultos y de la formación, donde se acordó del Papa Juan Pablo II, que próximamente será Santo.

Realizó una bonita plegaria a la Virgen Santísima que fue muy aplaudida y se acordó de Filiberto Mira y de Manolo Vará como de Carlos Schlatter, José Manuel del Castillo, Chano Amador y Manolo Toro, los primeros del programa radiofónico Cruz de Guía y los últimos de Saeta, primeros programas dedicados a nuestras hermandades en los medios de comunicación.

Precioso el pasaje donde nos invita a convertir nuestra ciudad en un inmenso paso: “Convirtamos a Sevilla en un inmenso paso en el que sus calles sean las trabajaderas, nosotros los costaleros, la VIRGEN DE LAS AGUAS quien calme nuestra sed y el Señor nuestro norte, nuestro guía y nuestro capataz Supremo.

Bajo ese paso cabrá todo el mundo, no habrá relevos; iremos siempre de frente, si a caso algún que otro costero a costero y quien no pueda que se agache que alguien lo ayudará y llevará su peso. Cofrades, con un Capataz así, nosotros tampoco vamos a tener miedo, vamos a fiarnos de Él, vamos a seguir su voz, que empujando entre unos y otros con ese paso podremos.

Y al final del recorrido de la vida, tras la última chicota, se arriará y, entonces sí, vendrán los abrazos y los besos, besos de costalero, que, como sabéis, por cada uno son tres besos, todo para celebrar que hemos llegado a la Casa del Padre y hemos conseguido el premio eterno.

Quizá convenga recordar en este momento el pasaje evangélico que nos hablaba de cómo Jesús hizo ver a un ciego untándole saliva y cómo gracias a eso llegó a verlo a Él. Y podría decirle: “ahora de Te veo, Señor; creo en ti”.

Debemos tener presente que, cuando salgamos a la calle, con o sin procesión, en nuestra vida ordinaria o con nuestra cofradía, nos encontraremos a muchos ciegos a los que habrá que desvelar el misterio de Dios, el Misterio de la Cruz – ellos serán la Nínive del siglo XXI -; y habrá que hacerlo con obras, con nuestro testimonio de vida - “sólo el amor habla” - basta de palabrerías pues debemos ser vehículos para que los que no ven lo hagan y eso sólo se consigue poniendo en práctica, de forma radical, el espíritu del Evangelio, la alegría del Evangelio”.

Contó una anécdota en la que un hermano extranjero de la Vera-Cruz llevó a su obispo un Dvd de nuestra Semana Santa y este comentó sobre el video que “ La Macarena y la Esperanza de Triana, de alegría, la Vera-Cruz y el Silencio, de penitencia. Dos formas distintas, pero bonitas de llegar a Dios”. Resulta que este obispo es Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco I, del que dijo que “es una bendición de Dios para la iglesia y la prueba más clara de que el Espíritu Santo vela por Ella”.

El pregonero se emocionó mucho al recordar como, después de pasar un mal momento de salud la Esperanza Macarena le recuperó, y lo hizo de esta manera: “Hoy estoy aquí, y lo hago para dar, a boca llena, gracias y para pregonar la realidad de esa ESPERANZA que por su mediación llega. ESPERANZA, MACARENA, hoy sólo quiero darte gracias, no porque no tenga favores que pedirte, que la lista la tengo llena, es que hoy sólo quiero ser hijo agradecido y así te doy gracias por tu mano siempre tendida para el que de Ti espera, gracias por estar siempre alerta, por tu abrazo cálido y tierno, por mirarme como me miras, por buscarme cuando no te encuentro, gracias por consolar mi llanto cuando quisiste llevar contigo a Diego Luna, tu mejor costalero, gracias por aliviar en ese trance mi angustia, la de tus hijos macarenos y la de mis hermanos cruceros, por estar siempre dispuesta, por ser el anuncio de nuestros mejores anhelos, por tu dulce arrullo; gracias por esas cosas que sólo Tu y yo sabemos, gracias por cuidar de todos, pues en Ti todos cabemos; ESPERANZA por todo eso, hoy sólo quiero darte gracias, gracias de nuevo; ¡GRACIAS!”.

Y todavía hubo tiempo para más emociones cuando recordó a su madre y a su madre de las Tristezas de esta forma: “Recuerdo que, teniendo yo catorce o quince años, la tarde de un veinticuatro de diciembre, estaba escuchando un disco de villacincos que mi madre nos había regalado a mis hermanos y a mí. Era, como se decía antes un single, vamos, que no era un long play; de pronto, pensando en ella, en mi madre terrena, que andaba por casa, y por razones que para mí se quedan, comencé a llorar desconsoladamente; yo estaba en su habitación, que se encontraba al fondo. Hubo un momento en que llegó y me encontró hecho un mar de lágrimas; se asustó y me preguntó: hijo, ¿qué te pasa? Me resistí a responder porque me daba vergüenza de decirle lo que sentía, porque, realmente, no tenía motivos más que de alegría: contar con unos padres y con una familia que me quería. Como insistió me vi obligado a decírselo: “porque te quiero”. Y por eso lloras? Anda… me abrazó, me animó y se marchó. Fue la única vez en mi vida que de palabra se lo dije y lo hice porque me cogió en mal momento.

Contigo, VIRGEN DE LAS TRISTEZAS, no me va a pasar. A Ti te pido por nuestra Hermandad, para que nunca se aparte del sendero que nos lleva hasta Tu Hijo, DIOS EN LA VERA +CRUZ, por tus hijos - mis hermanos -, por mi familia, y también te pido que no me dejes solo, que yo no me aparte de Ti, que me cuides, que estés siempre cerca, siempre a mi lado y que cuando llegue el momento en que el Padre me llame, salgas a mi encuentro, me agarres de la mano, tires de mí y juntos a la Gloria lleguemos. VIRGEN DE LAS TRISTEZAS, contigo no me pasará lo mismo y por eso, ahora que nadie nos oye te digo que eres mi Madre y ¡TE QUIERO, TE QUIERO y TE QUIERO!”.

Versó sobre la Caridad en las hermandades, recordando varias de ellas como el comedor social de Bellavista, donde dijo al respecto de la polémica suscitada hace unos meses por la rotulación de una plaza en el barrio con el nombre de la Virgen , lo siguiente: “Hermanos de la Hermandad de Bellavista, Ella no necesita calle ni plaza, porque su nombre – DULCE NOMBRE DE MARÍA -va rotulado en el corazón de todas las personas a quienes ayudáis, en sus corazones, en los vuestros y en los nuestros”.

Y terminó el pregón como lo había comenzado, con el anuncio de los nazarenos de la Paz , no sin antes hablar de su cristo de la Vera Cruz , dedicándole la única poesía propia del pregón, la otra es de Amparo Castilla, de la siguiente manera: 

“En tu Cruz, contigo quiero estar;

pues tu dolor anhelo compartir

y abrazado al árbol sufrir,

para el eterno cielo alcanzar

en tu Cruz, contigo, quiero estar;

tomarla y seguirte hasta morir,

que no otra cosa es vivir

ni a la Vera +Cruz amar”.

El pregón no terminó con el tradicional “He dicho”, sino con “Paz y bien”, saludo franciscano por excelencia. Duró una hora y veintiocho minutos y fue interrumpido por los aplausos catorce veces.

Antes de todo esto, la banda sinfónica municipal interpretó las marchas “Virgen de la Paz ” y “Amarguras” y el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, presentó al pregonero recordando las efemérides cofrades sucedidas durante el último año y recordando a los que ya no están con nosotros, como Manuel Yruela, Eduardo Ibarra o Daniel Puch.

GALERÍA

Fotos: Miguel Ángel Osuna










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.