Este si que es el sueño de los despiertos. Jesús Rodríguez Endrina

La tarde daba comienzo en la ciudad más bonita del mundo, los nervios afloraban en el interior de nuestros corazones y Sevilla te estaba esperando en cualquier rincón, en cualquiera de las calles por las que pasabas y llenabas de Fe y Devoción al sevillano.

Sevilla esa ciudad que fijate si es maravillosa, que siempre da segundas oportunidades y esta vez el tiempo no iba a romper ese sueño de un barrio que desde por la mañana se desplazaban al centro de la capital. Su Alfa la Plaza del Platanero su Omega la calle San Luis.

Torreblanca tampoco podía fallar y no iba a fallar, ese barrio que muchos se empeñan en llamar marginal y pobre, ese barrio que muchos tachan sin dar la oportunidad de conocer, ayer dio testimonio de Fe, Cristianismo, y sobre todo a ser ricos en devoción a su Cautivo, el paño de lagrimas diario del barrio, allá en las Acacias.

Con algunas horas ya pasadas aún pensamos si estamos soñando, todavía en las retinas del sevillano esta grabada la imagen del señor Cautivo frente a esas enviadas especiales, que Dios puso en la calle Santa Angela, santas, que ya conocen de buena mano al Dios de Torreblanca.

Torreblanca y Santa Marina, Santa Marina y Torreblanca su casa en Sevilla como bien dicen, lugar donde los sueños se cumplen donde la Aurora no llora para que el sevillano no vea que sufre, donde al mismo Dios el sábado le besaban las manos Cautivo y justo detrás se alzaba Todopoderoso Resucitado, bendito escenario para cumplir los sueños de un barrio, un sueño para el que no hizo falta cerrar los ojos, un sueño que para verlo cumplido solo habia que salir a la calle, y perderse en las lagrimas de los ojos del señor Cautivo, un sueño que solo Sevilla tenia que vivir, porque Torreblanca, su hermandad, las Vísperas se lo debían a Sevilla.

Y no solo la Sevilla de la tierra, la Torreblanca de los cielos seguro que también estaba presente, ¿verdad Inma?, toda la tarde en nuestro pensamiento Joven torreblanqueña que partistes al reino de los cielos para convertirte en Estrella de San Jacinto, que cada sábado de pasión ocupas un balcón privilegiado junto a esos que tanto dieron por esta hermandad, Vicente, Juan Castellano, Paco Acevedo, y como no Ana mujer cabal de manos arrugadas que te vio asomar por la Fe a la calle San Luis, hace cinco años y que seguro aún pasa el cesto de la caridad y la solidaridad en la torreblanca celeste de los cielos.

Y este sueño también era de esas hermandades que forman la jornada del Viernes de Dolores y Sábado de pasión, era el sueño de un barrio que cada año viaja de Nazaret a Sevilla guiados por el Amor, el sueño de muchos claretianos que pintan cada viernes de dolores el barrio de Heliopolis de Fe y devoción, es el sueño de aquellos que su obra social es dar platos de comidas a los que más lo necesitan donde llevan por bandera, su Dulce Nombre, es el sueño de aquellos que habitan en la Santa y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla, de aquellos que cada Viernes de Dolores hacen que Triana se haga silencio con su Pasión y su Muerte, son esos hermanos que desde Padre Pio al Cerro se pierden en la mirada de la Divina Gracia de la Madre, el sueño de aquellos que juntos a la Purísima Concepción siguen al Divino Perdón, aquellos obreros llenos de Caridad y aliviando sus Dolores, y el sueño de esos que en Ciudad Jardín nunca pierden la Esperanza, y sobre todo el sueño de todos los cautivos de tus dolores, dolores de un barrio que no por ello es marginal como algunos se empeñan, barrio donde cumplieron un sueño, una realidad, donde Sevilla cayó rendida, sueños de niños, de mayores, y de jóvenes, esos jóvenes de tardes incansables, esos jóvenes que a los pies del señor resucitado lloraban al ver lo que acababan de vivir, esos jóvenes que son presente y futuros, esos jóvenes que hicieron Historia del lema que en San Antonio de Padua los une, esos jóvenes “que por siempre quieren aliviar tu dolor“.

Hoy despierto de este sueño que he vivido sin tan siquiera cerrar los ojos, en casa siempre fuimos de vísperas, las circunstancias de mi Progenitor, - al que vi llorar en la Catedral de esa alegría que le embargaba y de la tranquilidad de haber restañado la herida que le hicieron -, habian hecho en su dia que por devocion y creencia propia a pesar de mi juventud me acercara a la Hermandad de los Dolores de Torreblanca, viviendo lejos de ella, pero creyendo siempre en ella, esa llamada que me hizo el Señor de Torreblanca, es la misma que me ha hecho soñar lo mas hermoso que jamas pensaramos.

El via Crucis 2018, del Consejo General de Hermandades y Cofradias de Sevilla, ya es historia, pero vaya historia, la que ha escrito con letras de oro, la primera Hermandad de Vísperas en presidirlo, la Decana de todas ellas, el barrio que Sevilla, vio pasar fugaz y sin dejarlo ni un segundo solo, es el barrio que hoy vuelve a rezarle en aquel rincon de la ciudad, llamado Torreblanca, en la Plaza de las Acacias, junto al Dolor de Maria. Esa es Torreblanca, esa es la Hermandad de la que tantos nos sentimos tan orgullosos.

Jesús Rodríguez Endrina

Foto: Juan Alberto García Acevedo.