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La Milagrosa. Conmemoración del 450 Aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto por mediación de la Virgen del Rosario


Arte Sacro. De acuerdo con lo aprobado en cabildo de oficiales, la hermandad de la Milagrosa tiene intención de conmemorar en el año 2021, el 450 aniversario de la Batalla de Lepanto (1571–2021), afrenta que se disputó entre los cristianos y los turcos otomanos, resultando los primeros vencedores por gracia de la Santísima Virgen del Rosario, a quienes los cristianos pidieron fervientemente su mediación en dicha Batalla, rezando con devoción su Santísimo Rosario. 

Ha sido creada una comisión organizadora para elaborar un programa de actos y cultos que se realizarán (D.m) en octubre de 2021, en honor de María Santísima del Rosario, centro de la celebración, siendo el 7 de octubre el día del aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto. 

El objetivo de esta hermandad es ensalzar su Santísimo Rosario como arma poderosísima para todo aquel que a él se encomienda, haciendo posible y atribuyéndosele, en este caso concreto, la victoria de los cristianos en la Batalla.

A continuación se detalla, para su información, todo lo relativo a la historia de dicha Batalla y la mediación de la Santísima Virgen, su relación con esta hermandad y la advocación de la titular Dolorosa, la Virgen del Rosario. Todo ello, también ligado al estilo que va adquiriendo la corporación y, principalmente, el conjunto del palio de Nuestra Señora, siendo intención de esta Hermandad ensalzar su Santísimo Rosario como arma poderosísima para todo aquel que a él se encomienda, haciendo posible y atribuyéndosele, en este caso concreto, la victoria de los cristianos en la Batalla de Lepanto.

Historia de la Batalla de Lepanto

Si nos adentramos en la historia, sabremos que esta batalla fue decisiva para frenar la expansión islámica. Cuando las fuerzas del islam amenazaban con invadir Europa, entonces el Rey Felipe II junto con el Papa San Pío V, fundan la Liga Santa para luchar contra el Imperio otomano, esta era una alianza de naciones y ciudades-estado que estaba integrada por la Monarquía Hispánica, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya.  Creado el ejército, ambos nombran Capitán General de la flota cristiana a D. Juan de Austria, miembro de la Familia Real Española y hermano (por vía paterna) del Rey Felipe II. Éste, secundado en la armada real por Álvaro de Bazán, Alejandro Farnesio, Luis de Requesens y Juan Andrea Doria, mientras que la veneciana iba capitaneada por Sebastián Veniero y la pontificia por Marco Antonio Colonna, jefe del contingente papal.

Poco antes del amanecer del 7 de Octubre de 1571, la Liga Cristiana encontró a la flota turca anclada en el puerto del golfo de Lepanto, situado en el Peloponeso (Grecia). Los turcos al ver a los cristianos, fortalecieron sus tropas y salieron en orden de batalla. Don Juan dio la señal de batalla enarbolando la bandera enviada por el Papa con la imagen de Cristo crucificado y de la Virgen, y se santiguó. Los generales cristianos animaron a sus soldados y dieron la señal para rezar.  Los soldados cayeron de rodillas ante el crucifijo y continuaron en esa postura de oración ferviente hasta que las flotas se aproximaron.

Mientras tanto, miles de cristianos en todo el mundo dirigían su plegaria a la Santísima Virgen, rosario en mano, para que ayudara a los cristianos en aquella batalla decisiva. El Papa San Pío V, miembro de la Orden de Santo Domingo, y consciente del poder de la devoción al Rosario, pidió a toda la Cristiandad que lo rezara y que hiciera ayuno, suplicándole a la Santísima Virgen su auxilio ante aquel peligro. El imperio otomano poseía la flota más poderosa del mundo, contaban con 300 galeras, además tenían miles de cristianos esclavos de remeros. Los cristianos estaban en gran desventaja siendo su flota mucho más pequeña, pero poseían un arma insuperable: el Santo Rosario. En la bandera de la nave capitana de la escuadra cristiana ondeaban la Santa Cruz y el Santo Rosario.

En principio, la armada cristiana se vió dificultada por las rocas y escollos que destacan de la costa y un viento fuerte que le era contrario. La más numerosa escuadra turca, sin embargo tenía facilidad de movimiento en el ancho golfo y el viento la favorecía grandemente, pero el viento que era muy fuerte, se calmó justo al comenzar la batalla y sorprendentemente cambió de dirección, colocándose favorable a las velas de los navíos cristianos. El humo y el fuego de la artillería se iba sobre el enemigo, casi cegándolos y al fin agotándolos.

El Papa San Pío V, desde el Vaticano, no cesó de pedirles a Dios y a la Santísima Virgen del Rosario.  El Papa estaba conversando con algunos cardenales, pero de repente los dejó, se quedó algún tiempo con sus ojos fijos en el cielo y, cerrando el marco de la ventana, dijo:  "No es hora de hablar más, sino de dar gracias a Dios por la victoria que ha concedido a las armas cristianas". Este hecho fue cuidadosamente autenticado e inscrito en aquel momento y, después, en el proceso de canonización de Pío V en 1712, donde fue declarado Santo por el Papa Clemente XI por este hecho. Las autoridades pudieron comparar el preciso momento de las palabras del Papa Pio V con los registros de la batalla y encontraron que concordaban de forma precisa.

Los cristianos lograron una milagrosa victoria que cambió el curso de la historia.  Con este triunfo se reforzó intensamente la devoción al Santo Rosario.

En gratitud perpetua a Dios y a la Santísima Virgen por la victoria obtenida, el Papa San Pío V instituyó el día 7 de octubre como la fiesta de la Virgen de las Victorias, después conocida como festividad de Ntra. Sra. del Rosario, por decisión del Papa Gregorio III. San Pío V también añadió a las letanías lauretanas la súplica Auxilium Christianorum [Auxilio de los Cristianos], en homenaje al papel que atribuía a la intercesión de la Santísima Virgen en la victoria de las fuerzas cristianas.

Lepanto y el palio de la Virgen del Rosario

El palio de María Santísima del Rosario, aun en proceso, recuerda en todo su conjunto al triunfo en la Batalla de Lepanto, batalla que libraran las tropas cristianas, encabezadas por el imperio español, sobre la flota turca otomana, el 7 de octubre de 1571. Por la victoria obtenida frente al imperio otomano, se representa en el palio una ornamentación típica otomana. Flores, hojarasca y las típicas aves nos transportan al palacio de Topkapi en Estambul, la joya del Imperio Otomano, de donde bebe y se inspira para el diseño el bordador malagueño, Joaquín Salcedo Canca. Las aves rendidas agachan su cabeza en reverencia a la Señora que va bajo palio. La bambalina esta rematada por una corona otomana en cuyo extremo triunfa la cruz sobre ella.

El Papa San Pío V, siendo de la orden Dominica, pidió a los cristianos que rezasen el Rosario para obtener la mediación de la Santísima Virgen y lograr así la victoria en dicha Batalla, al cual se le aparece la Virgen del Rosario comunicándole el triunfo. Además, en agradecimiento a la Santísima Virgen por su protección divina, añade a las letanías lauretanas del Santo Rosario, “Auxilio de los Cristianos”. Es por este motivo por el que la hermandad decide plasmar el escudo papal del Papa San Pío V en la bambalina trasera del palio.

La gloria del techo de palio representará la Batalla de Lepanto contemplada por la Santísima Virgen, la cual ofrece su Rosario en señal de mediación. La misma será pintada por Nuria Barrera Bellido.

Es intención de ésta Hermandad ir poco a poco adaptando su estilo en toda la cofradía en memoria de este hecho histórico principalmente por la gracia que la Santísima Virgen del Rosario regaló a los cristianos en tan decisivo momento. 

Foto: Juan Alberto García Acevedo.










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