Meditación de Manuel Martín fajardo ante el Santo Cristo de la Redención en la Capilla de la Puerta Real Hermandad de Las Mercedes

Fco Javier Montiel. El pasado domingo 10 de marzo a las 13 horas tuvo lugar la meditación a cargo del pregonero de las Glorias 2019, el hermano Manuel Martín Fajardo.

A continuación reproducimos el texto completo.

Meditación Santo Cristo de la Redención

Cuando la Cuaresma comienza a florecer en lo más profundo de nuestros corazones y la palabra del Señor nos ilumina con más fuerza que nunca el sendero preparatorio para su muerte, desembocando así en su resurrección, faro y guía de nuestro sentir cristiano, junto a una pequeña plaza, Jesús nos llama a sus puertas de la mano de María.

Nunca podría llegar a imaginarme, Santo Cristo de la Redención, que hoy iba a ser yo el que te rezase en voz alta porque, en silencio, bien sabes que hemos hablado muchas veces.

Lo primero que quiero es volver a darte las gracias. Gracias por haberme brindado esta oportunidad con tan solo veinticuatro primaveras. Gracias porque aún pueden hacer de mi felicidad, la suya, tantas y tantas personas que me quieren y que aún están terrenalmente acompañándome: mis padres, mi abuela, mis hermanas, mis tíos, mis primos…. aunque también sé que junto a ti y a tu bendita Madre, hay muchos que están felices y que están disfrutando desde el cielo. ¡Cuánto daría porque ellos estuvieran aquí conmigo! ¿Verdad, abuelo? Tú disfrutaste con nosotros en uno de los momentos más importantes de tu hijo José Antonio y, ahora, otro Fajardo volverá a alzar la voz desde ese atril catedralicio para proclamar a los cuatro vientos a aquellas Hermandades por las que tú tanto hiciste y abanderaste. Sé, que allá donde estés, también me acompañarás en ese día tan especial para mí.

También me gustaría darte las gracias, Señor, por pertenecer a una Junta de Gobierno que, desde nuestra humildad, intentamos hacer lo mejor tanto para vosotros, los Titulares que sois nuestros timones en esta travesía de la vida, como para nuestros hermanos. Todos somos iguales, nadie está por encima de nadie, porque para eso somos Hermandad. Y si algo falla, no pasa nada, errar es de humanos y todos nos equivocamos alguna vez, nadie es perfecto. Gracias a José Manuel, a Paco, a Jesús, a José María, a Jesús David, a Cristina, a Rafa, a Raúl, a Luis y Álvaro porque siempre están ahí cuando cualquier hermano lo necesita.

Así mismo, quiero agradecerte, Salvador que habitas en nuestra Capilla de las Mercedes, por todas esas hermandades que se han puesto en mi camino desde que el pasado mes de octubre me llamaran a las puertas de la gloria terrenal. Hermandades que han hecho sentirme uno más de ellos desde el primer momento de este corto pero intenso viaje, que ya roza su fin. Alzaré la voz por ellas, para defenderlas a capa y espada, para difundir, desde las profundidades de mi alma, mi amor por esta pasión que son las Glorias, el alma máter de Sevilla. Dame fuerzas para que tu palabra sea mi aliento ese 26 de abril.

Después de darte las gracias Señor, me ha llegado el momento de pedir. No quiero ser egoísta, porque sé que tienes muchas peticiones que atender, pero sólo quiero que escuches mis plegarias porque yo me siento más reconfortado.

En primer lugar, te voy a pedir por mis sobrinos: por Curro, ¿habrá niño más bueno y noble en este mundo?, por María ¿habrá una sonrisa más pura que la de ella?, por Ángela ¿habrá una flor más bonita en este jardín de la existencia? y también por ese último regalo que Tú nos has querido brindar para que todo vaya en perfectas condiciones y en Octubre tengamos un nuevo mercedario más entre nosotros.

En segundo lugar, por todos los jóvenes de glorias, que sigan siendo jazmín en flor, en este valle de tu amor. Es para nosotros un orgullo que siga habiendo chicos involucrados en nuestras hermandades porque, después, con los años, serán los directores que dirijan esta bella melodía.

Para finalizar, Santo Cristo de la Puerta Real, me gustaría pedirte por una persona que, hace escasos días, lo llamaste a las puertas de tu Redención. Rafa Serna, eterno pregonero, en Sevilla siempre serás recordado por la luz que irradiaban tus ojos cuando se unían con los de la Santísima Virgen y por los piropos que nunca dejaron de cesar para la ciudad de tus amores. Acógelo en tus benditos brazos y que brille para él la luz perpetua.

Amén.

Sevilla, 10 de marzo de 2019

Manuel Martín Fajardo

 

Fotos: Fco Javier Montiel