El Tendedero-Gate. Antonio Sánchez Carrasco

Decía San Agustín  que la verdadera perfección  del hombre es descubrir sus imperfecciones. Comenzamos la misión del Señor del Gran Poder con la pureza de las túnicas del Señor, que si lisa o bordada. De ahí a la chicotá que dieron los policías, cuando estaban llegando al destino y no porque el destino fuera los Pájaros, por lo visto tampoco estaba bien que la dieran.

También alguien me discutió que los llamara los Pájaros en una reminiscencia del nombre que se le daba a dicha barriada cuando en tiempos de instituto jugábamos al fútbol en el parque Amate. Y con el Señor en las Candelarias el semi linchamiento de los compañeros de la Pasión por un tuit mal enunciado en esa nueva inquisición de los 140 caracteres. En ese territorio en el que @cirial21 o @pateropinturero (nombres ficticios) se han convertido en una especie de inquisición sacra que firman carnets de sevillanía en la puerta de San Onofre. La polémica del canto ante el Señor de los jóvenes, algo que unido a todo lo demás hace que le incorporemos un poder más al que todos los tiene, el de la paciencia. Santa y abundante paciencia. De ahí al Freak Cofrade, vulgo friki Cofrade, que los hay, pero no por aquella primitiva acepción de ser personajes deformes o cuyo físico se aleja de la normalidad, sino por ser personas que viven para una afición.  Y ahí vuelve a saltar la liebre, en la misma frase afición y devoción parece que no cuadran. Salvo en Andalucía donde cualquier ateo guarda como oro en paño aquellas estampas de la Macarena o el Gran Poder que pertenecieron a su abuela, o aquella caja de lata de carne membrillo con el Señor de Sevilla en la tapadera donde su madre guardaba los hilos y Él guarda ahora los pins de súper héroes. 

Por eso nos tenemos que querer por nuestras imperfecciones, yo sé que no sólo hay tendederos en los Pájaros,  pero esos tendederos en altura y número como los que hay en las traseras de los bloques de Federico Mayo Gayarre, como dijo el poeta "no busquen más que no hay" en toda Sevilla se lo aseguro. Y sólo por eso sí el Señor pasa por allí,  hay que fotografiarlo como si pasara por el mejor de los arcos triunfales. Y no se trata de menosprecio, es identidad. Seguro que si alguno de lo miarmer's se hubiera percatado de la metáfora tan bonita del paso del tiempo que es un tendedero ahora estarían on Fire con esas fotos. Habrían descubierto en los tendederos el río de Heráclito. Yo como dijo San Agustín  soy un sevillano imperfecto. Soy de los que entra en San Onofre cuando el metro centro va tarde y no por falta de ganas sino por prisas y poco tiempo me da de orar ante el Santísimo y la Virgen de la Luz, que es la advocación de la Inmaculada que preside, supongo que por aquella luz que daba a los enfermos del hospital del que formaba parte la capilla.

Soy de los que ve como una prueba de fe pasar por la esquina de blanco cerrillo vestido de nazareno, soy de los que come huesos de santo el uno de noviembre pero no me molestan los del jalogüin, soy de los que sigue diciendo Cigarreras o los Caballos, aunque ahora en los programas ponga otra cosa. Soy de los que los pregones me gustan con ripios insufribles y muchos pétalos de jamón york, soy de los que nunca salió  de un patio sevillano vestido de nazareno pero si me quité la túnica en la cocina del Taquilla. Soy de los que gustan que salgan pasos aunque no les correspondan, llamo a los piratas alegales porque no soy quien para dudar de la fe de nadie, nunca me terminé el libro de Eugenio Noel ni el de Sánchez del Arco, no me gusta elegir entre pestiños y torrijas, nunca he sido clasista y menos con los dulces, para hacer vigilia me tengo que acordar, y lo mismo me pone la piel erizada (ya vamos a estar en carnavales) el Silencio por la Catedral, que unos niños diciéndole guapo al Gran Poder en los Pájaros subidos en el techo de un coche..., ahí tienen un gran número de mis imperfecciones si el carnet de sevillano fuera por puntos yo iba a tener que recuperarlos haciendo turnos de adoración en San Onofre, poniendo tanques en la barra del Coronado o paseando el Viernes de Dolores con las manos atrás por la Carrera Oficial para comprobar que todo esté en su sitio, en fin queden con Dios, con el de la túnica morada que últimamente se pasea entre los humildes aunque siempre su imagen y su sombra estuvo entre ellos. La foto del artículo es de Málaga, porque sí, también me gustan los tronos. ¡Ea!, po eso.

#LosLunesalSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.