Liturgia. El Miércoles de Ceniza. Jesús Luengo Mema
Día de ceniza e inicio de la muy sagrada Cuaresma: he aquí que vienen días de penitencia para la remisión de los pecados, para la salvación de las almas; he aquí el tiempo favorable, en el que se asciende a la montaña santa de la Pascua (elog. del Martirologio Romano).
Hoy, 5 de marzo de 2025, es Miércoles de Ceniza, día privilegiado litúrgicamente hablando, ya que en la tabla de los días litúrgicos según la precedencia aparece en el segundo grupo, al mismo nivel que los domingos de Adviento o la octava de Pascua por ejemplo. Es día de ayuno y abstinencia –como el Viernes Santo– y la Liturgia nos presenta el rito, característico, de la imposición de la ceniza. Con este miércoles da comienzo la Cuaresma, tiempo de oración, limosna, ayuno y conversión.
La misa de este día comienza con la antífona de entrada y se pasa directamente a la Oración colecta (Señor, fortalécenos con tu auxilio…) El acto penitencial se omite.
Tras la homilía se bendice y se impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros árboles, bendecidos el año precedente. Pronunciada la oración que dispone el misal el sacerdote impone, en la cabeza o la frente, la ceniza a los presentes con cualquiera de las dos fórmulas que propone el Misal: Convertíos y creed en el Evangelio o bien Acuérdate de que polvo eres y al polvo volverás. Es conveniente que el sacerdote presidente también se la imponga o le sea impuesta por algún fiel. Debe ser el primero en dar ejemplo de que se suma también a ese camino de conversión. Después la misa continúa con la Oración de los Fieles y sigue normalmente la Liturgia Eucarística.
No se dice el Credo.
En Cuaresma comienza a utilizarse el volumen II de la Liturgia de las Horas; en la misa dominical el volumen I-C del Leccionario y en la misa ferial el volumen II del Leccionario
El Miércoles de Ceniza se usa el Leccionario II.
- Jl 2, 12-18. Rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos.
- Sal 50. R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
- 2 Cor 5, 20 — 6, 2. Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable.
- Mt 6, 1-6. 16-18. Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Las vestiduras son de color morado.
Se contempla la posibilidad de imponer la ceniza fuera de la misa. En este caso el rito debe ir acompañado con una Liturgia de la Palabra.
Los días posteriores a este miércoles, hasta el primer domingo de Cuaresma, se llaman jueves, viernes y sábado después de Ceniza.
Haciendo un poco de historia del rito de la imposición de la ceniza diremos que, este rito, al principio, se limitaba a los penitentes públicos, o sea, al grupo de pecadores que recibirían la reconciliación el Jueves Santo. Desde el siglo XI comenzó a aplicarse este rito a todos los cristianos. Toda la comunidad se reconocía pecadora y se convirtió en un gesto de conversión cuaresmal. La ceniza nos recuerda nuestra condición débil y caduca. Además, somos pecadores.
En el Antiguo Testamento hay numerosos ejemplos del uso de la ceniza como elemento penitencial y de arrepentimiento. Baste esta cita: Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra y todos esparcieron polvo sobre sus cabezas y oraban a Yahvé[1] .
Vamos a continuación a recordar las normas sobre el ayuno y la abstinencia.
El CDC nos dice lo siguiente:
1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.
1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
1252 La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.
1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.
Así pues, la abstinencia de carne o de otro alimento dispuesto por la Conferencia Episcopal se debe guardar todos los viernes del año, que tienen siempre carácter penitencial y no sólo los viernes de Cuaresma, como suele creerse. Ayuno y abstinencia serán solamente el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. El Sábado Santo se recomienda también guardarlos. El ayuno consiste en hacer una sola comida al día y algo de alimento por la mañana y por la noche. La abstinencia se refiere a productos de carne u otros. El sentido es de renuncia voluntaria de algo que nos agrada y ofrecerlo para los necesitados, además de un sentido penitencial. No se trata pues de un acto masoquista ni de renunciar o hacer sacrificio por el hecho de hacerlo. El ayuno y la abstinencia no son un fin en sí mismo, más bien deben ser un reflejo de la actitud interior de conversión.
Como la ley del ayuno es única e indivisible, una vez quebrantada –culpable o inculpablemente–, se podría seguir comiendo sin que por ello se cometiera una nueva falta. No sucede lo mismo con el precepto de la abstinencia, ya que se faltaría a ella cuantas veces se quebrantara ese día.
Las respectivas Conferencias Episcopales pueden determinar la manera en que se cumple el ayuno y la abstinencia, y sustituirlo en todo o en parte por obras de caridad y prácticas piadosas. Por ese motivo, en muchas diócesis, el obispo considera que acudir o participar en las procesiones que efectúan las cofradías es un acto piadoso, que sustituye al ayuno y a la abstinencia y dispensa a los fieles de esa práctica, pero entendiendo que se refiere solo a aquellos que participen devotamente en los actos de piedad popular.
En cuanto a normas litúrgicas y orientaciones pastorales propias de la Cuaresma podemos apuntar algunas:
* En general se debe buscar la mayor austeridad posible, tanto para el altar como para los demás lugares y elementos celebrativos.
* El contraste entre esta austeridad cuaresmal y las maneras festivas que se ofrecerán al llegar la Pascua (Pascua=paso) ayudarán a captar este concepto de paso.
* En este tiempo hay que suprimir las flores, la música instrumental, salvo si es imprescindible para acompañar el canto, y los adornos.
* Pastoralmente una celebración comunitaria de la Penitencia es muy recomendable, con confesión personal como preparación inmediata al Triduo Pascual, así como el ejercicio del Vía Crucis.
* En la misa se omite siempre el Aleluya, que volverá a resonar gozoso en la Vigila pascual. Puede sustituirse por una aclamación cristológica.
* Se dicen los prefacios de Cuaresma, excepto las fiestas que los tengan propios.
* Los domingos se omite el Gloria.
* El acto penitencial debe destacarse y se recomienda hacer homilía diaria, si hay suficientes fieles.
* Cada día cuaresmal tiene sus oraciones propias en el Misal.
[1] Jos 7,6
Fotos: Francisco Santiago.