Apocalipsis cofrade. Antonio Sánchez Carrasco
En los tiempos de Trump, de las guerras, de los bandos enfrentados y de la crispación, la Semana Santa no podía permanecer ajena a todas estas cosas y parece que las cofradías se impregnan de ese espíritu social en un espacio que debería ser ejemplo de todo lo contrario. Cada cosa que se hace aquí alrededor de las fiestas corre el riesgo de ya iniciarse viciado por saber qué dirán en las redes sociales y en la red social más sevillana, la barra de un bar. Los carteles, los Panaderos y ahora el Cristo Yacente y su veloz traslado. Un traslado que te pudo parecer bien o mal, pero que si no perteneces a su junta de gobierno ni a su nómina de hermanos, es como opinar por opinar. Y en esta sociedad en la que todo se opina, no ocurre nada porque se opine, aunque no hay que montar un apocalipsis cada vez que veamos algo que no nos gusta. Lo último, esperar cola para ir a un concierto, antes la música era signo de cultura ahora es chero tachero y símbolo de que falta formación en las cofradías, como si el que oyera una banda no rezara. Ahora salen candidatos a juntas de gobierno que cuentan lo que no van a hacer, cuando la lógica sería decir lo que pretenden hacer y salvo excepciones a desmembrar al contrario. La fe en Cristo necesita más naturalidad y menos impostura y que cada uno la viva a su manera y si no me gustó el traslado del Cristo Yacente, pues no me gustó y no por ello hay que hacer un drama. Les salió bien y eso sí que me gustó, pues tengo amigos en esa casa. Seguimos, que como diría alguno que yo me sé, esto se está acabando.
#LosLunesAlSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.