Borja León, coordinador de la acogida a los niños bielorrusos de la hdad. de la Cena: “Cuando le pones el rostro a 25 criaturitas sabiendo que el futuro de la vida de estos niños están ayudados por tu esfuerzo, hay que ser un poquito fuerte de corazón para no implicarse”
Daniel y Juan Alberto García Acevedo. En nuestro afán de mantenerles informados sobre el programa de acogida de niños bielorrusos, les ofrecemos en el día de hoy una entrevista realizada a Borja León, coordinador de esta actividad en la hermandad de la Sagrada Cena, a la que este año le estamos realizando un seguimiento más particular.
Borja León nos comenta aspectos más desconocidos por las personas que no estamos metidos de lleno en el proyecto, sus vivencias y nos anima a involucrarnos en el asunto.
Próximamente les mostraremos los puntos de vista de otras personas relacionadas con el programa de acogida de niños bielorrusos.
¿Cuantos años lleváis trayendo a los niños bielorrusos en la hermandad de la Cena?
Este es nuestro tercer año. Llevamos desde el 2004 . Básicamente, siempre hemos traído a los 25 niños. Este año por cuestión de una niña que se ha puesto enferma en el último momento solo hemos traído 24. Pero de momento nosotros traemos 25, porque cuando pasa a 26 el contrato con la organización de Bielorrusia te exige traer dos monitores. Es un número manejable y que se lleva bien y todos lo tomamos como referencia.
Coméntanos como surge la idea en la hermandad para traer a los niños bielorrusos.
Surge al conocerlo de nuestra vecina hermandad de la Sagrada Mortaja. Ellos llevaban un par de años antes que nosotros y nos entusiasmó. Estuvimos un año siguiendo el programa, conociéndolo, informándonos, porque es un tema muy serio y si no tienes unas bases muy bien estructuradas, cuando vienen los niños se te van a generar una serie de problemas que o lo tienes bien establecido desde el principio, o sino es complicado. A partir de ahí nos animamos y al siguiente año ya empezamos a traerlos.
¿Cómo se pagan los costes de traer a los niños?
Para empezar por un orden, con el volumen que tomamos hace dos años creamos una coordinadora que lo que hace es, como su propio nombre indica, coordinar a las hermandades. Esa coordinadora lo que hace es una serie de recomendaciones para el buen uso y funcionamiento del programa.
Pero después cada hermandad a la hora de actividades, captación de familias, es independiente y cada una, dentro de unas conductas lógicas, puede plantearlo como quiera.
De igual forma el tema económico, hay hermandades que tienen menos recursos que otras y, dentro del presupuesto de las Obras Asistenciales de una hermandad como la de la Sagrada Cena un programa de 18.000 o 20.000 euros, se les escapa. Entonces el primer año, ante ese miedo, se le pide mucha colaboración a los padres. Se estipula una cantidad económica que normalmente viene referida por el viaje del niño en el avión. Hay hermandades que piden 500 euros, otras 300 euros y otras no piden nada porque tienen la suficiente autonomía para pagarles el viaje entero. En nuestro caso le pedimos a cada familia un donativo de 300 euros. Pero, ojo, es un donativo. Yo no conozco a ninguna familia de la hermandad de la Cena que por motivos económicos no hayan podido acoger a ningún niño. Y si te digo que ha habido familias que no han podido pagar los 300 euros y han traído a su niño.
Somos conscientes de que es necesario e importante que cada familia aporte algo económicamente. Porque de esta manera la familia asume que el niño viene, no porque la hermandad le trae al niño y se lo pone, sino porque tú, como familia de acogida, quieres que el niño venga.
Después también conocemos un poco la política de las hermandades. Dentro de equis años cambia la junta de gobierno y decide el hermano mayor y su junta de gobierno que no hace la obra social de acogida a niños bielorrusos y no vienen los niños por la hermandad de la Cena, o de la que sea. Pero imaginemos que ese grupo de familias decide crear una asociación, no es lo mismo decirle ahora a esas familias, pues para que vengan los niños tienen ustedes que desembolsar 800 o 900 euros para todo, viaje, actividades, etc..., ya que esas familias están acostumbradas a costeárselo en parte.
Como resumen de todo esto te digo que no conozco a ninguna familia de Sevilla que por problemas económicos no pueda acoger a un niño.
¿Hay algún tipo de perfil o requisitos marcados para que las familias puedan acoger a un niño?
Hay familias de señoras viudas, hay familias de matrimonios, hay familias solteras, personas que no están constituidas como parejas, hay de todo. Hay católicos, hay no católicos, hay practicantes, hay no practicantes, hay hermanos, hay no hermanos. Desde la hermandad intentamos en la medida de lo posible marcar una pauta y hacer un seguimiento de esa familia. Cuando llega una familia nueva a la hermandad de la Cena que no conoces de nada, pues te citas con ellos, vas a visitarlos, hablas con ellos. Con estas familias nuevas se suele tener unas 4, 5 o 6 reuniones anuales donde se les va formando y uno puede detectar que haya un pequeño problema o que la familia no sea la más idónea. Se ha dado el caso, no en esta hermandad, de que ha habido que decirle a una familia que no.
¿Cómo se eligen a los niños que vienen?
A las familias, normalmente, les damos un rango en cuanto a sexo y edad y casi siempre se cumple. De todas maneras se le advierte, porque se ha dado el caso de que han pedido un niño de 7 años y el que ha venido tiene 9, por ejemplo. En cuanto al sexo, no recuerdo que se haya variado en ningún caso el que pidió la familia. Esto último si pudiera ser más problemático por problemas de ubicación en la casa de acogida. De todas maneras casi siempre se cumple. Ellos hacen un seguimiento por la estructura que tienen en Bielorrusia de cómo seleccionar a los niños y suelen ser muy rígidos en este aspecto.
¿Se puede colaborar de alguna otra forma?
Si, de muchas. Se puede colaborar como voluntario, cuando están aquí los niños para las actividades, que es fundamental. Sin los voluntarios de una hermandad no podría haber programa, sin las familias no hay programa y sin los niños no hay programa. Por lo tanto una base fundamental es que toda aquella persona que este dispuesto, que le guste o apasionen los niños, pues que se ponga en contacto con alguna hermandad y acuda como voluntario. Es fundamental para 1.000 actividades que hay, acompañarlos al médico, al dentista, a las excursiones, etc...
Se puede colaborar también si uno tiene una empresa, donando material escolar, camisetas, descuentos en ropa o, por supuesto, económicamente.
Aquella persona que no puede acoger a un niño por su situación personal, pero que este entusiasmado con el programa de acogida pues puede costear el viaje de un niño, como también los hay.
¿Qué te mueve a ti para dedicarle todo este tiempo, como coordinador de la hermandad de la Cena, a realizar este programa de acogida?
Hombre, va por dos partes. La primera, es que soy el diputado de obras asistenciales de la hermandad y actualmente el programa sale de esta diputación.
Aparte, y es difícil de explicar, pero cuando le pones el rostro a 25 criaturitas sabiendo y estando totalmente convencido de que el futuro de la vida de estos niños están ayudados por tu esfuerzo y el de el grupo de personas de la hermandad, hay que ser un poquito fuerte de corazón para no implicarse.
Evidentemente es muy sacrificado, porque prácticamente estas todo el año trabajando con el tema. Esto es una de las cosas que se desconocen. Yo entiendo que los medios solo se preocupan cuando los niños están aquí, y es normal, pero esto es todo el año. Y este año hemos tenido muchísimos problemas burocráticos, por ejemplo, y todos estos inconvenientes cansan mucho. Pero cuando aterrizan y les ves la cara, desaparecen todos los problemas.
¿Cuáles han sido estos problemas burocráticos?
Pues los problemas, y tocándolo muy de pasada porque es largo de explicar, han sido claros. Desde el año 2000 hubo dos niñas, una en Tenerife y la otra en Madrid, que no volvieron en su tiempo a Bielorrusia cuando estaba programado el viaje, por diferentes motivos. Esto se nos pone en conocimiento a nosotros en noviembre, cuando el gobierno bielorruso ha decidido bloquear el programa en España por la situación de estas dos niñas. Entonces hay que empezar a mover burocráticamente todo eso. Y como las administraciones son muy complejas y, encima, ahora tenemos en España todo el tema de las autonomías, pues en Bielorrusia no comprenden que aquí tengamos una Andalucía, una Cataluña, etc.... Ellos solo entienden España. Eso será un problema que tengamos nosotros. Entonces en toda esa vorágine, hemos tenido en 6 ó 7 meses una serie de reuniones con la coordinadora, el hermano mayor de Montserrat, Francisco Yoldi, ha tenido que viajar a Bielorrusia y ha tenido reuniones a nivel de secretaria de Estado. Ha sido un año muy duro en cuestiones burocráticas. Y el Martes Santo nos enteramos que había sido desbloqueado el programa, cuando esto en enero ya lo tenemos súper avanzado.
Este ha sido el tema estrella de este año. Además, teníamos el empuje de 7 nuevas hermandades y nos ha paralizado mucho, también. Esto ha sido este año, el que viene no sabemos que podrá pasar. La mentalidad y las leyes del pueblo bielorruso son muy distantes a las nuestras, con lo cual cada año nos encontraremos un problema.
Cuéntanos alguna anécdota que les haya ocurrido a alguno de ellos.
Tenemos varias. Todas no son de mi grupo. Es muy famosa la del loro de Castilblanco. La situación es la siguiente: un niño con una familia de acogida y la vecina tiene un loro. La señora llevaba 20 años con el loro y estaba, imagínate, muy contenta con él. Y un día, de buenas a primeras, el loro aparece muerto y desplumado. Y coincidió que era el segundo día que estaba el niño bielorruso. Como se cargo al loro y porque, nunca se ha sabido. La señora era, además, la que le alquilaba el piso a los monitores, este año no se lo ha alquilado y esta indignada con el programa de acogida de niños bielorrusos.
Otra anécdota fue que un padre castigó a un niño por cualquier motivo y el mismo consistía en que solo podía elegir una pieza de fruta, ya que al niño le encantaba la fruta. El niño, ni corto ni perezoso, eligió para comerse el melón, entero para él.
Después los niños son muy serios y rígidos, pero detrás tienen cosas que te enternecen.
El diario con ellos es tremendo, porque notas que te van conociendo, te van cogiendo cariño, porque ellos son fríos pero cuando notas ese cariño, esta es la parte más bonita del programa.
Por último, quieres decir algo para terminar.
Animar a las familias para lo sucesivo, fundamental. Este año han entrado 7 hermandades nuevas. El año que viene, seguramente, entraran más. Esto empezó hace 6 años con la hermandad del Cachorro y vinieron 25 niños y vamos por 541 en 6 años. Es el grupo, tanto en España como en el extranjero, que en menos tiempo más ha evolucionado. De echo la organización estaba un poco mosqueada, decía “¿esto de las hermandades que es?” y no se lo explican.
Pero, en definitiva, animar a las familias porque seguro que va a haber más hermandades, somos 57, y ya casi somos la obra social conjunta más importante que hacemos las hermandades y hará falta más familias.
Animar a las familias sin ningún tipo de problemas, que los niños se adaptan, que no es fácil, evidentemente, que el programa es duro, pero que hay están. Todos repetimos, con lo cual algo tendrá cuando nos engancha.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.
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