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Cíngulo y Esparto. Los valientes del 32. Esteban Romera.


En la década de los años treinta del siglo pasado el estado de crispación a todos los niveles en nuestra nación era una realidad palpabl, que condujo a una guerra fraticida para la vergüenza de todos los españoles. Este periodo, sobre todos los años que antecedieron a esta guerra civil, no fue precisamente fructífero para las Cofradías de nuestra Ciudad y, en general, para todo lo concerniente a la vida religiosa. Muchos templos fueron saqueados, imágenes quemadas, Sagrarios ultrajados, etc. Un ejemplo claro de esta afirmación lo podemos corroborar en el año 1932 donde sólo hizo estación de penitencia a la Catedral la Hermandad de la Estrella , un año después ninguna lo realizó, o por ejemplo en el año 1934 sólo lo hicieron trece Cofradías. Los partidarios y detractores alrededor de determinados acontecimientos que se desarrollaban en nuestro país, como pudo ser nuestra Semana Santa o la celebración de algún rito religioso, comenzaban a posicionarse...

Históricamente ese año 1932 los sevillanos coronaron con el título de La Valiente a la Virgen trianera, aunque de alguna manera, evidentemente a otro nivel, tuvo competencia en una procesión organizada por un grupo de niños pertenecientes al antiguo colegio Villasís instalado en la calle Pajaritos, circunstancia repetida durante varios años y de la que se hizo eco incluso el periódico de la época La Unión. En este ambiente tan crispado este grupo de chavales vistiendo túnica nazarena formaron un cortejo procesional con su paso de pequeñas dimensiones por el centro de Sevilla, mandando de alguna manera el mensaje al mundo entero que las Cofradías existirían en Sevilla por los siglos de los siglos. La juventud en nuestras Cofradías ha demostrado en determinados etapas de la historia momentos donde han tenido que suplir las carencias de la época que les tocó vivir teniendo ejemplos claros en Hermandades como San Bernardo o las Siete Palabras por citar sólo algunas corporaciones, o en general la viveza que le dieron a las Cofradías en el último tercio del siglo pasado. El hecho acontecido por estos escolares, varias décadas más tarde, ha tenido el reconocimiento de la autoridad eclesiástica, lo que debe ser motivo de satisfacción para todos los cofrades de nuestra ciudad, ya que el pasado día 16 de junio se aprobaron las Reglas de carácter Sacramental y Penitencial de la Hermandad del Sol, la cual tuvo sus raíces en aquella improvisada procesión de niños bajo esta advocación Mariana.

En estas casi ocho décadas esta corporación del Sol ha tenido innumerables avatares, inconvenientes y problemas propios muchas veces de películas de ficción, pero que no han podido con los deseos de sus hermanos, porque la constancia de éstos y su arduo y continuado trabajo, ha llevado a consagrar el sentir de unos chavales que un día dieron aquel incontestable paso al frente. Por estos motivos el 2006 y 1932 son dos años que se unieron para siempre en la historia de esta Hermandad, como también el barrio del Plantinar y aquel antiguo colegio Villasís o aquellos muchachos con los cofrades actuales del Sol.

En la próxima cuaresma cuando veamos los nazarenos de la Hermandad del Sol, no sólo sus hermanos y devotos deberían estar orgullosos, sino que todos de alguna manera le debemos algo a los orígenes casi milagrosos de un grupo de niños en una Sevilla tan complicada y que setenta y cuatro años más tarde se les ha hecho justicia. Lloremos de alegría al ver, de nuevo, nazarenos en el cortejo procesional de la Cofradía del Sol. ¡Qué grande eres Sevilla!, aunque reconozcas a tus hijos casi con ochenta años de retraso. ¡Vivan los valientes de 1932¡ pero que también sean reconocidos los valientes del 2006 por su labor y tesón en pro de nuestras tradiciones centenarias, representados en este artículo en los hermanos de hoy en día del Sol, los cuales cuando vistan el ruán verde la próxima cuaresma les podrá parecer un auténtico sueño, pero tendrán la satisfacción personal y colectiva del deber cumplido, llevando el testigo que cogieron de sus mayores a buen puerto, aunque el camino haya sido tan difícil ¡Felicidades!

ESTEBAN ROMERA DOMÍNGUEZ
cinguloyesparto@hotmail.com

Artículo aparecido en el Boletín de las Cofradías de Sevilla nº 569 - Julio 2006









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