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Provincia. El Cristo de la Salud de Écija: nueva atribución al escultor sevillano Antón Blázquez


Arte Sacro. La investigadora en historia del arte Ana Valseca ha verificado las similitudes encontradas entre la talla del Cristo de la Salud y otras obras del autor renacentista. El estudio se apoya en el examen morfológico de la escultura, así como en sus rasgos estilísticos. Los resultados del trabajo proponen su atribución basándose en su anatomía, el tratamiento del paño de pureza y determinados rasgos expresivos, característicos del imaginero sevillano.

Cristos_1

La escultura del Cristo de la Salud de Écija es una talla con gran devoción popular y valor patrimonial. Su autoría ha permanecido anónima y sin documentación que permitiera relacionarla con ningún escultor determinado hasta el momento. El artículo ‘El Cristo de la Salud de Écija: ¿Una nueva atribución al artista sevillano Antón Blázquez?’, publicado en la revista Archivo Hispalense, es el primero que propone, con base documental y estudios histórico, artístico e iconográfico, una posible atribución al escultor Antón Blázquez, figura activa en Sevilla durante el Renacimiento.

Según el análisis de la autora, la escultura del Cristo de la Salud presenta una serie de elementos morfológicos e iconográficos que permiten establecer una relación con el artista sevillano Antón Blázquez. Así, destaca la disposición del paño de pureza, con plegados de bordes duros y caídas angulosas, la anatomía del torso, de proporciones alargadas y musculatura suavizada o el tratamiento del rostro, donde predominan el dramatismo contenido y los ojos entreabiertos, características que aparecen en otras obras de este autor, como el Cristo de la Vera Cruz de Arcos de la Frontera.  “Estos elementos formales, junto con el contexto cronológico y geográfico de la obra, sustentan la hipótesis de atribución que presento”, afirma la investigadora Ana Valseca, autora del artículo.

Cuello

Además, destaca también similitudes en la factura del cabello, compuesto por mechones marcados y simétricos, y en la talla de las manos, con dedos finos y articulaciones definidas. Estas coincidencias refuerzan la idea de que el Cristo de Écija es obra del escultor sevillano o de su círculo, situándolo en el contexto artístico del Renacimiento andaluz de la segunda mitad del siglo XVI.

Un anónimo reconocido

El Cristo de la Salud formaba parte originalmente de un calvario, es decir, un conjunto escultórico compuesto también por una Virgen Dolorosa y un San Juan Evangelista, elementos típicos en las representaciones del Gólgota. A diferencia de muchas tallas de su época, esta imagen no fue encargada por una cofradía, sino que pertenecía a la propia fábrica parroquial, lo que indica su uso litúrgico interno antes de adquirir proyección procesional a partir de 1614.

torso

Por su parte, el Cristo de la Vera Cruz es una obra atribuida a Blázquez, tal y como se menciona en un documento notarial fechado en 1545, conservado en el archivo de Arcos de la Frontera. Este crucificado se venera en la cofradía situada en la iglesia del antiguo hospital de san Juan de Dios de la localidad gaditana.

Ambas obras respetan las reglas clásicas de proporción y composición y mantienen ciertas influencias de estilos medievales. Este escultor no sólo se preocupaba por mostrar escenas y figuras realistas, sino que también quería transmitir la espiritualidad que estas imágenes representan. Su manera de trabajar sigue utilizando técnicas y formas aprendidas en la Edad Media, muy apreciadas en ese tiempo en Sevilla y su diócesis, que también incluía la localidad de Arcos..

De esta manera, según los archivos consultados y los análisis formales, la obra presenta rasgos distintivos que remiten al estilo del mismo autor. A pesar de estar documentado en algunos encargos en la Sevilla renacentista, Antón Blázquez sigue siendo una figura desconocida en la historiografía del arte andaluz. Investigaciones como esta comienzan a rescatar su legado del olvido, revalorizando la producción artística de otros talleres apenas reconocidos, que también dieron forma al rostro devocional del renacimiento andaluz.

La autora plantea que este estudio debe entenderse como un punto de partida para futuras líneas de análisis centradas en la figura de Antón Blázquez y propone ampliar el catálogo de obras atribuidas a su taller mediante estudios comparativos y análisis formales, así como la revisión de archivos parroquiales y notariales en busca de nuevas fuentes documentales que permitan confirmar las atribuciones. También sugiere situar a Blázquez dentro del contexto artístico de la segunda mitad del siglo XVI, con el objetivo de revalorizar su producción y comprender mejor su aportación a la escultura devocional de la antigua diócesis de Sevilla.

firma_Blazquez

La autoría del Cristo de la Salud no solo arroja nueva luz sobre este escultor, sino que restituye el valor artístico a una obra muchas veces contemplada sólo desde la fe, y no desde el arte.

Referencia:

Valseca Castillo, Ana. El Cristo de la Salud de Écija: ¿Una nueva atribución al artista sevillano Antón Blázquez? Archivo Hispalense, tomo CVII, 2024, pp. 309–333. ISSN 0210-4067.

Imágenes:

firma Blazquez.jpg: Firma autógrafa del artista sevillano a quien se atribuye la autoría del Cristo de la Salud de Écija. Ana Valseca

Cristos.jpg:  El Cristo de la Salud de Écija (derecha) y el de la Veracruz de Arcos de la Frontera (izquierda), atribuidos al mismo autor. Jaime Ruiz Pigne y Jesús Núñez

Cuello.jpg: Detalle de la yugular en ambas imágenes, representadas tal como se describen en los tratados de anatomía del momento. Manuel Sánchez Rosado

torso.jpg: El tratamiento del torso y el vientre rehundido son idénticos en ambas tallas. Antonio Pavón y Antonio Jaén Sánchez









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