La alerta sanitaria por las altas temperaturas dura ya seis días. J. M. H./Efe. Diario de Sevilla.
¡Qué calor! El siempre recurrente comentario meteorológico se ha convertido estos días en la frase más repetida en Sevilla. Y con razón. La calurosa transición de agosto a septiembre ha obligado a las autoridades sanitarias de la Junta de Andalucía a mantenerse en guardia en previsión de que las altas temperaturas provoquen problemas de salud entre los colectivos más sensibles de la población. Así, la provincia de Sevilla sumó ayer el sexto día consecutivo con el nivel amarillo de alerta, el segundo de la escala que emplea el Plan de Medidas contra las Altas Temperaturas.
La Consejería de Salud activó la alarma, por segunda vez en un mes, el pasado 29 de agosto. Entonces, la alerta naranja, tercera y penúltima en gravedad en la escala de este plan que incrementa las medidas preventivas contra el calor, duró dos días, ya que la situación empeoró y la Junta decidió elevar la alerta al nivel amarillo.
Seis días más tarde, la alarma sanitaria continuaba ayer en Sevilla, pese a que septiembre –cuando los días son más cortos y el otoño se encuentra a la vuelta del almanaque– suele ser más benigno en lo climatológico (excepción hecha del calor del membrillo en los estertores del verano).
La situación, sin embargo, podría comenzar a remitir hoy mismo, cuando está previsto que el mercurio baje a registros más propios de estas fechas. Seguirá haciendo calor, pero menos. Según las predicciones publicadas por el Instituto Nacional de Meteorología (INM), las temperaturas máximas descenderán casi siete grados en los próximos seis días: de los 41,6 de ayer (a las 15.50) hasta los 35 que se esperan para el sábado que viene, 9 de septiembre.
Y es que Sevilla se quedó ayer muy cerca de batir su propio récord de calor en el mes de septiembre: 42,6 grados el día 7 de ese mes de 1988, sólo un punto por encima de la máxima registrada a las cuatro de la tarde de ayer en el aeropuerto de San Pablo.
El descenso, eso sí, será gradual a lo largo de toda la semana que ahora comienza. El termómetro volverá a situarse en la barrera de los 40 grados durante el día de hoy para bajar un grado mañana. El miércoles, la máxima prevista por el INM es de 37 grados, uno más que los que se esperan el jueves y el viernes.
Menos importante será el descenso de las temperaturas mínimas, que ayer llegó a 23,2 grados. Bajarán dos puntos en el mismo periodo de tiempo. Meteorología prevé para hoy y mañana unas temperaturas mínimas que no bajarán de los 24 grados, coincidiendo con el mítico umbral del sueño. A partir del miércoles será más fácil conciliarlo y descansar por las noches, pues se prevé que el mercurio descienda a los 22 grados, uno más que el jueves. La mínima sufrirá un repunte el viernes para volver a los 21 el sábado.
Si se cumplen las previsiones del INM, la ola de calor que padece la provincia desde el 29 de agosto comenzará hoy a remitir y las temperaturas se irán adaptando a cifras más propias de la cercanía del otoño, que comenzará oficialmente el 21 de septiembre.
El Plan de Medidas contra las Altas Temperaturas se activó por última vez durante el primer fin de semana de agosto, si bien los termómetros no llegaron entonces a rebasar los 40 grados. La máxima del mes pasado se registró el día 29 (41 grados), después de que el mercurio llegara a los 39,6 el día 10 para descender después progresivamente hasta los 29 grados de máxima sólo una semana más tarde, el 17 de agosto.
En cualquier caso, los días más calurosos de este verano se registraron en julio, cuando una masa de aire caliente procedente del norte de África provocó una media de 30 grados, la más alta de los últimos 36 años. En cuanto al día más caluroso del verano, fue el pasado 11 de julio, cuando los termómetros marcaron los 43 grados, una cifra tres puntos por debajo del récord (46 grados) del 23 de julio de 1995.