'Progrepredicadores' a exámen. La Reseña. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.
Sevilla. Monseñor Amigo alza de nuevo la voz. Fiel a su estilo de ligar permanentemente su discurso con los temas de actualidad, el cardenal arzobispo de Sevilla –el único purpurado de Andalucía– ha publicado un nuevo libro en el que, fundamentalmente, denuncia los efectos de la "nueva inquisición" en la sociedad de hoy, analiza las consecuencias de la falta de equilibrio entre la investigación y la ética, lo que conduce en su opinión a un "fundamentalismo científico", pasa revista a las carencias que encuentra en el actual modelo de Estado laico, critica a los "progrepredicadores" y destaca, coincidiendo con la polémica por el eco de las alusiones del Papa al Islam, la apuesta de Benedicto XVI por el diálogo interreligioso.
Monseñor Amigo, que recibió la ordenación episcospal en 1973, se estrenó como autor en 1981. Desde entonces ha firmado ya más de una veintena de obras de temática diversa. En esta ocasión ha realizado un repaso de la actualidad con el título El día a día de la fe. 24 horas con Dios (editado por La Esfera de los Libros). El propio purpurado presenta su obra como una "auditoría interna" basada en la necesidad de realizar "una especie de examen de conciencia" obligatoriamente alejado de "dos extremos perniciosos: el relativismo y el pesimismo recalcitrante".
El cardenal, un hijo de médico que siempre está interesado por la ciencia y la tecnología y que actualmente es miembro del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, admite los avances en ambas materias, pero pone de relieve que los progresos "han traído consigo no pocos interrogantes éticos y religiosos, debidos, fundamentalmente a un desequilibrio y falta de diálogo entre la investigación y la ética, entre las aplicaciones técnicas y el sentido moral de la conducta del hombre, entre la fe y la razón".
Monseñor Amigo alerta del "fundamentalismo científico", al que define de la siguiente forma:"Se empeña en no dialogar con aquello que trasciende los límites del dato inmediato y experimentable desde unos parámetros físicos. Es una especie de fanatismo en el que el investigador acaba sintiéndose, poco menos , que un irrefrenable mesías con la fórmula de salvación universal para cualquier mal [...] La bondad moral de todo progreso ha de medirse por el bien auténtico y justo que proporciona, pero nada se debe emprender que vaya contra ese mismo hombre al que se pretende engañosamente ayudar".
El purpurado reflexiona sobre el interés que suscita todo lo relacionado directamente con Dios en los considerados como ámbitos intelectuales: "Puede ser que esos círculos no sean tan intelectuales como ellos mismos piensan. ¿Es condición de progresismo marginar lo religioso o solamente el verdadero progresista pone en sui mesa de reflexión el tema de la fe".
El secularismo que marca la sociedad actual es definido como "sectario,excluyente y antidemocrático". Y añade: "El proclamado respeto por la libertad religiosa y el pluralismo se convierte en un continuo afán de ridiculizar las creencias religiosas, particularmente las católicas. ¡Qué tolerancia más intolerante!"
En el capítulo dedicado a La nueva inquisición, monseñor Amigo se refiere expresamente a los "progrepredicadores" de la siguiente forma: "Póngase a temblar cuando el progrepredicador se arranque por los cantes de una regeneración moral de la sociedad [...] Se escandaliza y lleva las manos a la cabeza ante lo que dice estar pasando en la Iglesia. Aunque, como prólogo a su encendida soflama, ha hecho declaración entusiasmada y presumida de su agnosticismo. No se sabe de la misa, la media [...] Propone revisar cuanto antes la normativas sobre la elección y jubilación del Papa, el celibato eclesiástico, el sacerdocio de la mujer, la permisividad sexual, la desaparación de la enseñanza religiosa, el olvido del matrimonio cristiano y de la vida eterna".