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Fallece el empresario y cofrade Ramón Ybarra a los 71 años. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.


Accionista de Hijos de Ybarra y presidente de Pineda, fue consejero y portavoz del Sevilla F. C. y hermano mayor de la Candelaria en muy diversas etapas

El empresario y cofrade Ramón Ybarra Llosent falleció repentinamente en la madrugada de ayer en su domicilio de Sevilla a los 71 años de edad. Actualmente ocupaba la presidencia del Real Club Pineda, formaba parte de la directiva del Aeroclub y era el abonado número 50 del Sevilla F.C., del que fue miembro del consejo de administración en la etapa de José María González de Caldas al frente de la entidad tras la crisis administrativa de agosto de 1995. Era también accionista del Grupo Ybarra, que preside su hermano Jaime. Este Grupo, que cuenta con 280 empleados, inició su actividad en 1842, cuando José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes, primer conde de Ybarra y fundador junto a Narciso Bonaplata de la Feria de Sevilla, concentró en esta empresa la comercialización de los productos agrarios de las propiedades familiares en Andalucía. En la actualidad es un gran grupo agroalimentario diversificado, con una fuerte presencia internacional, ya que exporta en torno a un tercio de su producción, y que tiene intereses, además de en el aceite de oliva y de girasol, en las salsas, principalmente en la mayonesa, las verduras y los platos precocinados. Mantiene una alianza estratégica con Migasa y entre ambos controlan la empresa La Masía. Junto a su hermano Nicolás, Ramón Ybarra fundó la empresa Cydeplast en Dos Hermanas, dedicada a la fabricación de envases y plásticos.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Santiago Herrero, destacó ayer a Diario de Sevilla las virtudes de este conocido empresario: "El fallecimiento de Ramón Ybarra me produce un sentimiento de profunda tristeza porque supone la desaparición de un entrañable amigo y mejor persona, cuyo recuerdo perdurará entre todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y tratarlo. Fue un buen hombre sencillo y cordial, querido por todos y reconocido por su capacidad de esfuerzo y por ser un magnífico empresario. Ha muerto, pero queda su legado, que no es otro que su sacrificio permanente por las empresas que integran el Grupo Ybarra; su apuesta diaria por crear riqueza y empleo y su empeño vital por el desarrollo de Andalucía. Lógicamente –añadió el presidente de la patronal andaluza– nos inunda hoy la tristeza y nos unimos de verdad a su familia en el dolor. Nos enorgullecerá siempre el recuerdo de un buen hombre y empresario ejemplar".

Fue ampliamente conocida su trayectoria como cofrade, puesto que ocupó el cargo de hermano mayor en la Candelaria en los años 70, 80, 90 e incluso a principios de siglo como presidente de la gestora para normalizar la vida interna de la cofradía. Su padre fue cofundador de la corporación junto a José Ruiz Escamilla. Formaba parte de la nómina de otras hermandades: el Silencio, la Quinta Angustia, Santo Entierro y la Virgen de la Alegría. Como hermano mayor de la Candelaria le cupo el honor de promover la primera salida del paso de palio con hermanos costaleros, lo que ocurrió en 1979, y la instauración de la igualdad de derechos entre hermanos y hermanas en los años 80. En la Cuaresma de 2004 se refirió en este periódico a la evolución de los derechos de las mujeres en las hermandades : "Algunos creían que esto se hundía al instaurarse la igualdad".

Siendo también hermano mayor, la Virgen de la Candelaria fue llevada en su paso de palio hasta la Catedral con motivo de la exposición Magna Hispalensis de 1992. Ybarra visitó hasta en 57 ocasiones aquella muestra para guiar a muchas de sus amistades que visitaron la ciudad, entre ellas el pintor Fernando Zobel, Pitita Ridruejo y el propietario de Loewe.

El presidente del Consejo de Cofradías, Manuel Román Silva, se quedó impresionado en la mañana de ayer al conocer el fallecimiento de Ybarra: "Era una persona tan plural que resulta muy difícil definirla en pocas palabras. Me quedo, sobre todo, con su carácter enormemente vitalista. Se entregaba en todas sus facetas al cien por cien. Lo ha demostrado en todo lo que ha hecho. Recuerdo las conversaciones con él sobre toros, flamenco o cofradías, y cómo te hacía partícipe de aquello en lo que estuviera ocupado. Ahora lo estaba, precisamente, como presidente de Pineda, donde andaba centrado con pasión e ilusión en muchísimos proyectos". Román destacó, por encima de todo, su dedicación de años a la Candelaria: "Siempre estaba disponible cada vez que su cofradía le ha llamado. Tenía capacidad para todo, era tremendamente vitalista, comprometido e ilusionado".

Ramón Ybarra, nacido en Sevilla el 31 de enero de 1935, contrajo matrimonio el 13 de mayo de 1961 con Magdalena Valdenebro y Halcón, hija del marqués de Ruchena y de Jódar, caballero de la Orden de Calatrava y de la Real Maestranza de Sevilla. Ybarra era padre de cinco hijos: Ramón, Mayda, Enrique, Estanislao y Marcos; y abuelo de tres nietos. Contaba con cinco hermanos: José Luis (ya fallecido), Manuela, Nicolás, Jaime (presidente de la empresa Hijos de Ybarra) y Antonio.

Pública era también su gran afición al tenis, al pádel y las corridas de toros. Era un habitual en los festejos de la Real Maestranza y en las jornadas de la Feria del Toro en el Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes). En los últimos meses estaba centrado en una nueva ilusión: la presidencia del Real Club Pineda, de la que tomó posesión el pasado junio.

La capilla ardiente quedó instalada en la tarde de ayer en San Nicolás, sede canónica de la Candelaria, a la que acudieron cientos de personas. El sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp ofició una misa por el alma del finado a media tarde. El funeral por su eterno descanso, presidido por el cardenal, se celebra a las diez de la mañana de hoy en el mismo templo.


 










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