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Política. El debate de los cuatro candidatos a la Alcaldía visto por Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla


SILENCIOS QUE MATAN

Hasta 25 minutos estuvieron los cuatro candidatos en el estudio, listos para comenzar a debatir, evitando en todo momento cruzarse las miradas. La tensión se mascaba. Tal era el silencio que pareciera que iba a salir la Mortaja en cualquier momento. El presentador, David Cantero, consciente de la incómoda situación, quiso romper el hielo, pero pinchó en hueso al escoger la pregunta: “¿Y tienen previsto ustedes algún otro debate?” El alcalde se hizo el loco. Torrijos, el sueco. Villar aguantó el silencio unos instantes. Y Zoido aludió vagamente a Canal Sur. Así casi media hora, en un estudio decorado en tonos azules y verdes sobre un escenario con diseño a modo de isla con una pequeña pasarela que separaba a los invitados del público.

Para el recuerdo quede que Zoido fue el único en llegar a los estudios a la hora pactada.  Le arroparon cerca de 30 jóvenes de Nuevas Generaciones que jalearon su llegada y criticaron la de Rodrigo Torrijos (“¿Dónde está la cubierta, la cubierta dónde está?”) y la de Monteseirín (“¡Haremos más, échate a temblar!”). Quede constancia de ciertos vítores  de los jóvenes del PP a la llegada del andalucista Villar.

El candidato de IU llegó a TVE fumando en pipa, sin corbata y con uniformidad cofradiera: chaqueta azul marino y pantalón gris. Los otros tres candidatos coincidieron en camisas en tonos celestes. Tanto Monteseirín como Zoido, por cierto, lucieron corbatas rojas.

Estudiar entre papeles en compañía de los hijos pequeños, celebrar falsos debates con un especialista en telegenia que hace las veces de alcalde socialista, repasar argumentos dialécticos, anotar cifras concretas de las que echar mano en momentos de apuro,  visitar la basílica macarena o, simplemente, relajarse en la soledad del domicilio. Los cuatro candidatos vivieron de forma distinta los últimos días y las horas previas al primer encuentro a cuatro bandas en los estudios de TVE_en la Cartuja.

El alcalde se reunió con su equipo el lunes de 13.00 a 14.30 en la sede del PSOE. Pidió mucha documentación. Entre todos repasaron los argumentos necesarios para el debate. “No hubo que explicarle mucho porque lleva ocho años viviendo la ciudad intensamente. Suponemos que el candidato del PP ha necesitado de mucha más ayuda”. Llegado el día clave, el martes, Monteseirín “se encerró en su casa en soledad como los buenos toreros”.

Zoido realizó una visita privada a mediodía de ayer a la Basílica de la Esperanza Macarena , se marchó después a Gaesco, donde tenía que dar una conferencia, se tomó únicamente un vaso de agua en la sede de la patronal de la construcción y se fue a casa a descansar con la instrucción de elegir un vestuario exento de “ruidos”, sin ningún tipo de “estridencias” y con la obligación de presentarse ante las cámaras con “espontaneidad y naturalidad, tal como es en el día a día”. Las jornadas previas estudió concienzudamente la cita, celebrando falsos debates en la sede del partido, siguiendo técnicas de telegenia. “Necesitamos que Zoido se muestre en estado puro, su forma de ser es su principal aval. El único hándicap es que se trata de su primer debate, nunca ha celebrado ninguno a pesar de que ha sido secretario general del PP-A”.

El candidato andalucista, Agustín Villar , preparó el debate entre su domicilio (junto a sus hijos pequeños) y la sede del partido en la calle Rastro. Ya en la tarde del domingo se reunió en su casa con un grupo de “compañeros” para dar los retoques a una estrategia que  pasaba tanto por dar a conocer su programa como por “evaluar” la gestión del actual gobierno PSOE-IU. Ayer cortó la agenda a la una de la tarde y se llevó a su casa toda la documentación necesaria (“No mucha porque realmente llevo la ciudad en la cabeza”). En el armario le esperaban el traje azul pavo y la corbata y la camisa celestes.

Torrijos se concentró en la tarde del lunes con sus colaboradores sin muchos papeles: “Se sabe el programa electoral como si lo hubiera parido, no le hace falta mucha documentación”. A mediodía de ayer cortó también con su agenda y se marchó a casa hasta la hora fijada para llegar a TVE: las 20.30.

EL DEBATE EVIDENCIA LA GRAN DIVISIÓN ENTRE DOS BLOQUES, PSOE-IU Y PP-PA

Un debate superficial al tratar muchos de los temas de gran interés ciudadano y con escasa concreción en las propuestas para solucionar los principales problemas de la ciudad. Un debate que evidencia aún más el establecimiento de dos grandes bloques en la actual corporación de la Plaza Nueva : el que forman el PSOE e IU en el gobierno y el del PP y PA en la oposición. El fuego se cruzó en todo momento en las mismas direcciones: de un bloque  hacia a otro.

El alcalde, que se removió en la butaca en más de una y de dos ocasiones, defendió su concepto de ciudad moderna frente al modelo de la ciudad “de los señoritos y de los miopes”, reaccionó de forma  coloquial a ciertas críticas (“¡No tiene usted ni idea!”, interrumpió a  Zoido en una ocasión), citó a Franco para responder al PP y evidenció su estado de nerviosismo durante la publicidad (no paró de palillear con los dedos para tratar de dar una imagen de relajación). Tan es así que el candidato del PP le interpeló en una ocasión de forma directa: “No se apasione tanto”.

Monteseirín presumió de sus proyectos y de su capacidad reformista: “¿Quién se ha atrevido a peatonalizar la Avenida?”  Aseguró que en Sevilla hay actualmente una tasa de desempleo del 11 por ciento, dos puntos por encima de la media nacional, y denunció que el pacto entre el PP y el PA “ya está hecho y es peligroso, porque Zoido desconoce la realidad de Sevilla”.

El candidato del PP, Juan Ignacio Zoido , apostó por una línea que pudo resultar demasiado plana para partir desde la oposición, quizás excesivamente institucional (le faltó intensidad para hacerse con el turno de la palabra), pero que es el reflejo del estilo de su precampaña: evitó la confrontación dialéctica siempre que pudo para vender sus proyectos, pero –igual que le ocurrió a todos– fue poco explícito al formular soluciones, salvo a la hora de tratar su programa de seguridad, cuando prometió 600 nuevos policías y expuso las dotaciones necesarias, y el de transporte, al anunciar tres nuevos pasos rápidos y su proyecto de bus fluvial y ecológico.

Antonio Rodrigo Torrijos, candidato de IU y socio actual del gobierno, guardó un escrupuloso respeto para con el alcalde, al que sólo rozó mínimamente cuando le pidió que no cayera también en la “cultura de la represión” al referirse a la ordenanza antivandálica y al apostar sólo por el aumento de los agentes de la Policía Nacional como una solución a la inseguridad. Por lo demás, Torrijos se movió casi siempre en un plano teórico, interesado en centrar el debate en términos de derecha y de izquierdas, en continuas alusiones a la ideología y en un interés perenne por desacreditar al candidato del PA, Agustín Villar , del que se basó en su profesión como geográfo para ironizar con los “movimientos de brújula” del PA. En una ocasión buscó el cuerpo a cuerpo con el candidato del PP, al que acusó de “reprimir” a los trabajadores en su etapa como delegado del Gobierno en Andalucía. Zoido le respondió tajante:_“Soy juez desde 1985 y nunca le he pegado a nadie. Como delegado del Gobierno he trabajado también por los trabajadores. Un poquito de respeto, por favor. A mí usted no me va a pisar mi dignidad, que es mía”.

Villar, por cierto, fue el más agresivo desde el punto de vista dialéctico, fiscalizó –mucho más que Zoido– la gestión del actual gobierno, empleándose con dureza en muchos momentos del debate y recordando la polémica de las facturas falsas, el desalojo de los chabolistas de Los_Bermejales mediante el pago de cantidades en metálico, la desaparación de la cubierta de la Davis y hasta temas de actualidad nacional como la participación de Batasuna en las elecciones. Basten varias muestras de su estilo: “Este gobierno se está cargando Sevilla”, “el alcalde es un títere en mano de los especuladores” o “la capacidad de vender humo del señor Torrijos es impresionante”. Exigió al alcalde que explicara su relación con el empresario Luis Portillo, que lo presentará próximamente en Antares. Y quiso aclarar que  “en ningún caso” pactará con el PSOE para investir a Monteseirín nuevamente como alcalde.

PP y PA emplearon discursos casi alarmistas al tratar la cuestión de la seguridad ciudadana. Villar no se cortó: “En Sevilla la gente tiene miedo a que sus hijos salgan solos, los vecinos me lo dicen a diario”. Y Zoido le hizo un guiño a los propios agentes: “Nadie está con los policías. Motive usted a la Policía”. Monteseirín saltó de la butaca y reaccionó como pudo: “No hacen ustedes más que poner pegas, que si cha, cha, cha, que si chu, chu, chu. Sevilla es hoy una ciudad más segura que ayer”. Y el candidato Torrijos aprovechó para sentenciar sin abandonar, cómo no, el plano teórico: “Sevilla tiene puntas de inseguridad no más importantes que otras grandes urbes”.

Nota: Publicado en Diario de Sevilla el miércoles 9 de mayo de 2007.









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